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Anotate Tito

En la entrada anterior, dedicada a Wikipedia y recientemente enriquecida con un testimonio de Timothy Garton Ash, hago referencia a un artículo de Umberto Eco. En otro párrafo, Eco dice:

A estas alturas sabemos ya que escolares y estudiantes suelen evitar consultar libros de texto y enciclopedias y van directamente a sacar noticias de Internet, tanto que desde hace tiempo sostengo que la nueva y fundamental asignatura que hay que enseñar en el colegio debería ser una técnica de selección de las noticias de la red; el problema es que se trata de una asignatura difícil de enseñar porque a menudo los profesores están en una condición de indefensión equivalente a la de sus alumnos.

Ese curso existe, lo dicto por Internet hace cuatro años y el 1 de agosto comienza su nueva edición.

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Wikipedia según Wikipedia

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Enfervorizados académicos, periodistas y bloguers se trenzan desde hace un tiempo en un debate, sino violento (no los imagino en el programa de Mauro Viale o agarrándose a trompadas a la salida de la Biblioteca Nacional), que al menos despierta pasiones encontradas.

Wikipedia es el tema de la polémica, una enciclopedia escrita por usuarios de Internet y en permanente crecimiento y modificación. La gama de las argumentaciones que saludan o condenan la experiencia es muy amplia. Vayan algunos ejemplos:

En una punta, Timothy Garton Ash la toma como modelo de creación colectiva de conocimiento:

[El modelo de Wikipedia] se basaría en lo que James Surowiecki denomina «la sabiduría de las multitudes». Como mínimo, pondría a prueba la hipótesis -que Wikipedia parece confirmar- de que existe una comunidad de cibernautas voluntarios interesados por la precisión y la calidad del debate, capaces de distinguir entre las cosas sensatas y las tonterías

En una postura crítica, Umberto Eco rescata sus virtudes

Cuando he tenido la ocasión de consultarla sobre argumentos que conocía (para controlar una fecha o el título de un libro), la he encontrado siempre bastante bien hecha y bien informada.

Cualquiera puede corregir un artículo que considera equivocado. Hice la prueba con el artículo que me concierne: contenía un dato biográfico impreciso, lo corregí y desde entonces el artículo ya no contiene ese error.

pero también hace foco en la falta de rigurosidad

Claro que eso de estar abierta a la colaboración de cualquiera presenta sus riesgos, y ha sucedido que a algunas personas se les atribuyera cosas que no han hecho e incluso acciones reprobables. Naturalmente, protestaron y el artículo se corrigió.

Cualquiera, el día de mañana, podría intervenir otra vez sobre el artículo que corregí y atribuirme (por espíritu de burla, por maldad, por estupidez) lo contrario de lo que he dicho o hecho.

En el extremo más pesimista, Julio Orione, editor jefe del suplemento Informática del diario Clarín cree que la experiencia de Wikipedia será derrotada a la larga por la Enciclopedia Británica:

La razón para esa derrota futura es que los redactores profesionales de la Enciclopedia Británica son justamente eso: profesionales. Y que, por lo demás, escriben muy bien, a diferencia de la mayoría de los contribuyentes de la Wikipedia, que escriben bastante mal (como se lo puede comprobar fácilmente). Un dato nada menor si pensamos en aquel tan extraordinario y exigente lector de la Británica llamado Jorge Luis Borges…

Paradójicamente, la mejor página contra Wikipedia está en la misma Wikipedia

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Revistas 2.0

Mi hermano Esteban está suscripto a la revista de papel Artes Gráficas. Esta es la tapa del número de este mes.

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Notarán que en uno de los títulos de tapa aparece su nombre. En realidad, cada ejemplar de este número tiene en su tapa un título personalizado con el nombre del suscriptor. El efecto es muy poderoso y está realizado con una máquina HP Indigo 5000, ideal para tiradas cortas y a la carta.

Esta personalización es impensable en revistas masivas y de venta en kioscos, pero las revistas con suscripción bien podrían empezar a utilizarla. El paso siguiente es personalizar los contenidos (y la publicidad) según los distintos perfiles de suscriptor. Algo que la web viene haciendo hace rato.

Comparado con las publicaciones digitales, el mundo de las revistas está estancado. Hace rato que no innova. Pareciera que lo novedoso puede pasar únicamente por lo cosmético. Corríjanme si me equivoco, pero en Argentina las últimas sorpresas creo que fueron las que cada tanto ofrecía «Veintiuno»/»Veintidós»/»Veintitrés» cuando la dirigía Lanata (¡hasta se animó a cambiarle el nombre cada año!).

Pero el problema es mundial. Don Ranly, un profesor de la Facultad de Periodismo de la Universidad de Missouri, sostiene que las revistas tendrán éxito emulando a la web. En una charla frente a editores de revistas, y a propósito del esfuerzo de las publicaciones en producir notas largas, les preguntó qué les hace pensar que la gente tiene tiempo como para leerlas. La web, con sus textos cortos y concisos, es el modelo a seguir. Y enumera una serie de consejos:

  • No le haga adivinar a la gente lo que hay dentro de su revista. Ofrezca títulos de tapa intuitivos con números de página.
  • Haga que el sumario sea destacado y usable. «Considérelo su home page». Además de los títulos intuitivos de los artículos, ofrezca destacados.
  • Fomente la interacción con los lectores, no solamente a través de las cartas de lectores.
  • Use la segunda persona (tu/vos/usted) más frecuentemente.
  • Divida el contenido en bloques cortos y sepárelo con microcontenido prominente y seductor (subtítulos, epígrafes, gráficos) para un seguimiento más fácil. Involucre a los redactores en el armado de ese microcontenido.
  • Deseche el «contenido inútil», de compromiso, como las Cartas del Editor.

En las observaciones de los lectores hay un par de puntos adicionales interesantes:

  • «Hace unos años, la mayoría de las publicaciones digitales imitaba a la gráfica impresa. Ahora el contenido tradicional se está pareciendo cada vez más a la web. Tiene sentido si a los editores les importan los lectores de menos de 30.»
  • «Escribir más corto, tanto para la web como para gráfica impresa, no significa necesariamente escribir menos. Divida ese artículo de 2000 palabras en bloques digeribles para todos los muchachos ocupados.»

A riesgo de ser contradictorio y que este texto termine siendo demasiado largo, me gustaría citar otra innovación en revistas de estos últimos días, también basada en la dinámica de la web: Colors Notebook.

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Autopublicación 2.0

55 Ways to Have Fun With Google es un libro con distintos juegos y pasatiempos (55 más precisamente) para hacer con Google. El autor es Philipp Lenssen, un conocido bloguer alemán.

Más allá del contenido en sí, el proyecto es interesante porque fue lanzado por dos vías diferentes.

Por un lado, en su versión en papel, el autor resolvió editarlo usando Lulu, un sistema de autopublicación gratuito sin costos fijos ni pedidos mínimos: imprimen y envían cada producto tal como se va vendiendo, y el comprador es el que paga los gastos. El autor tiene el control de los derechos, el diseño, el precio y el 80% de los beneficios. El modelo es muy atractivo, aunque para los autores argentinos el precio de tapa de los libros (en dólares) no termina siendo muy competitivo para el mercado interno (¿alguien se animará a copiar el modelo aquí?).

Pero además de la versión impresa, Lenssen lanzó gratuitamente «55 Ways to Have Fun With Google» en versión digital. Por ahora en PDF y en Word, aunque ya anuncia también la versión en HTML.

El libro digital tiene licencia Creative Commons, que en este caso permite a cualquiera copiar, distribuir, exhibir, y ejecutar la obra y hacer obras derivadas. El autor alienta a sus lectores a «copiar, leer, compartir, remixar, convertir, citar, recorrer e imprimir» el trabajo.

Los visitantes de Google Blogoscoped, el blog de Lenssen le preguntan por qué se decidió por esta segunda vía. ¿Acaso la versión digital gratuita no terminaría canibalizando a la versión impresa y paga? Lenssen responde:

[..] Está bueno leer un blog online, pero un libro está bueno leerlo offline [..] Este es un libro para llevarse de vacaciones, leerlo en el tren o en el sillón (al menos a eso es a lo que apunto) [..] Pienso que la versión en PDF es para ojear el libro para decidir si te gusta (aunque está bueno también citarlo o convertirlo a diferentes formatos). Seguro, si no tenés plata, podés simplemente limitarte al PDF. Pero en mi experiencia, tener una versión completa online no te frena de comprar el libro.

[..] Quiero decir, no sé si todo esto es verdad para toda la gente. Pero una vez que te lanzás en las «frías aguas» de Creative Commons, pienso que hay un montón de efectos secundarios copados al tener el PDF completo online. Hace mucho más interesante el sitio del libro, un sitio que yo enlazaría como bloguer por este valor extra para sus visitantes.

[..] Por supuesto, también hay algunas convicciones en el por qué decidí avanzar con Creative Commons. Pienso que vivimos en tiempos locos de más y más duras restricciones por copyright, y todo lo que se pueda hacer para equilibrar eso está bueno. [..]

Haciendo honor a la licencia del libro y a las intenciones de su autor, cada tanto iremos publicando en este blog algunos de sus juegos en adaptaciones al español.

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Ganar dinero escribiendo mal

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Los errores de ortografía o de tipeo pueden ser muy lucrativos gracias a Internet.

La revista Forbes da cuenta de la moda de registrar dominios que estén libres y que mantengan alguna similitud con algún nombre, marca o término popular. Los navegantes que tipean mal una dirección web caen así en estos sitios, que aprovechan estas visitas inesperadas (pero que pueden ser muy numerosas) para colocar banners publicitarios. En Argentina pasa algo parecido con los usuarios que confunden dominios cuya extensión es .com con los .com.ar y viceversa. Pregúntenle si no a Mario Sanchez Negrete dueño del dominio msn.com.ar.

El negocio, que es legal pero dudosamente ético, produjo ganancias por 400 millones de dólares el año pasado en facturación publicitaria y se espera que toque los mil millones para 2007.

La empresa Internet REIT, la misma que vendió el dominio business.com por 7,5 millones de dólares, posee 400.000 direcciones web.

Generalmente las víctimas son marcas registradas cuyo origen es no digital. Miren por ejemplo http://www.volbo.com/, http://www.kelogs.com/ o http://www.birgin.com/, por citar ejemplos obvios.

Las grandes puntocom, en cambio, supieron prever estos resbalones del teclado: http://www.amazoin.com/ lleva a Amazon.com y tanto http://www.gogle.com/ como http://www.gooogle.com/ redirigen al usuario a Google (no así http://www.gooooooooogle.com, que fue usurpado).

Pero hay otra forma de ganar (o al menos ahorrar) dinero escribiendo mal.

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Un (pequeño) triunfo bloguer

Como se reseñaba aquí, a raíz de las multas a particulares por compartir música en Internet promovidas por CAPIF,
los bloguers propusieron una Bomba Google que identificara a CAPIF con la palabra delincuentes.

La campaña funcionó:

Capif Delincuentes

Ahora, cada vez que alguien busque la palabra delincuentes, Google mostrará el sitio de la Cámara Argentina de Productores de la Industria Fonográfica al tope de los resultados.

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Más tendencias de Google

Era previsible: a menos de un día de lanzada, los usuarios de internet pusieron en juego su creatividad y empezaron a publicar en la web sus descubrimientos a partir de la herramienta Google Trends que analizamos en el post anterior. Algunos descubrimientos:

La evolución de la palabra tsunami parece un tsunami:

tsunami.gif

La precisión en la repetición de la búsqueda full moon con cada luna llena:

fullmoon.gif

El ocaso de Beckham frente al ascenso de Ronaldinho:

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La democracia en Google

Google lanzó una nueva herramienta para medir las tendencias de una palabra clave en su buscador a lo largo del tiempo. El sistema no muestra los resultados de Argentina, pero pueden conseguirlos con el

Buscador de tendencias de «Malas Palabras»

que también incluye el acceso a resultados de otros países de habla hispana y Brasil.

Los gráficos demandan un mímimo volumen de personas que hayan realizado esa búsqueda, lo que permite inferir cuáles son los temas que le interesan a una sociedad (o al menos a sus usuarios de Internet) a lo largo de un período.

Kirchner, por ejemplo, arranca de cero en el segundo trimestre de 2004 y luego se mantiene más o menos constante:

kirchner.gif

La evolución de la palabra papeleras, en cambio, es diferente:

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Batalla de periodistas: primeras conclusiones

Muy buena repercusión tuvo el juego de los periodistas argentinos. La lista provisoria de ganadores (se modifica todo el tiempo) está encabezada por:

  • Jorge Lanata
  • Jorge Guinzburg
  • Marcelo Zlotogwiazda
  • Ernesto Tenembaum
  • Santo Biasatti

De los cinco, tres (60%) tienen que ver con la «escuela Lanata» (Lanata incluido, obviamente). Y todos, salvo Lanata, (80%) están ligados al Grupo Clarín.

Del lado de los perdedores el listado provisorio comienza con:

  • Oscar González Oro
  • Bernardo Neustadt
  • Mauro Viale
  • Rolando Graña
  • Luis Pedro Toni

Algunas personas eligieron tomarse el juego mucho más seriamente que yo y empezaron a impugnar a algunos competidores como Mirtha Legrand o Karina Mazzoco por no considerarlas periodistas. Más allá de la discusión sobre qué es ser periodista y qué es ser periodista en Argentina (válida, pero demasiado ambiciosa para un juego tan pavo), es curioso que ninguna de las cinco personas que figura en el listado perdedor haya sido impugnada y que todos los que sí fueron objetados figuren bastante bien posicionados.

Sobre las omisiones, vuelvo a decir que acepto sugerencias de nuevos nombres, pero el juego tampoco pretende ser un padrón de todos los periodistas argentinos, sino un listado parcial (en los dos sentidos) de las caras más conocidas.

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Periodistas argentinos en combate

Periodistas argentinos

¿Luis Ventura o Daniel Hadad? ¿Chiche Gelblung o Mirtha Legrand? ¿Facundo Pastor o Magdalena Ruiz Guiñazú? Ahora los celos profesionales, las rivalidades históricas, el favor del público y la imagen personal de los periodistas argentinos pueden dirimirse online.

A partir del sistema de creación de aplicaciones sociales Ning y tomando como modelo Hot ot Not, armé un juego donde todos los periodistas argentinos compiten entre sí. Se llama Periodistas argentinos. Las reglas son sencillas: hay que optar entre dos periodistas. Una vez hecha la elección, aparecerá el puntaje de cada uno en las peleas en las que se enfrentaron hasta el momento. No hay límite para la cantidad de veces que se puede jugar.

Los 37 competidores son: