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Dolor de huevos

Imaginen que son dueños de un sitio web que ofrece un servicio gratuito de almacenamiento de archivos. Y que consiguen, en poco tiempo, casi 12.000 miembros. Y que por accidente borran todos los archivos de estos 12.000 miembros. Y que no tienen ninguna copia de seguridad. ¿Qué hacen?

Hoy recibí un email de Chris Abraham, responsable de Eggdisk. Soy una de las 11.835 personas que almacenaron archivos en este servicio. A diferencia de muchos otros en su tipo, Eggdisk permite guardar 6 GB y otorga un ancho de banda de 30 GB. Además me permite reproducir música y videos desde este blog sin tener que recurrir a reproductores externos. Y no gasto ancho de banda ni disco de mi servidor.

Pero falló. No solo perdí todos los audios y videos almacenados allí (por suerte eran pocos y tenía backup), sino que le pasó lo mismo a 11.834 personas más. Soy una persona pacífica y no me afecta demasiado la pérdida. Pero algún asesino en potencia debe haber entre esa docena de miles de miembros…

Traduzco el email que usa este pobre diablo para darles la noticia a los damnificados:

Queridos «Eggdiskers»:

La buena noticia es que ahora tenemos terabytes de almacenamiento.

La mejor noticia es que ¡todos ustedes, los 11.835, deberían tener ahora 8GB de almacenamiento y 50GB de ancho de banda!

(Todos los usuarios nuevos seguirán teniendo generosos 6GB/30GB)

La mala noticia es que todos nuestros archivos se perdieron durante la actualización.

Si, déjenmelo decir de nuevo: estamos fritos. Lo lamento mucho, mucho, mucho, mucho, mucho. Y yo, personalmente, entendería totalmente si ustedes fueran no solamente a abandonar EggDisk como su servicio de hosting, sino que además le cuentan a todo el mundo que Eggdisk apesta.

Espero que no lo hagan. Por favor.

Yo tenía al menos 250MB de archivos de backup de mi laptop. Yo también usaba Eggdisk. De algún modo estoy frito yo también.

Por eso, cuando mi socio me contó, pasé por todas los fases del duelo:

Mi Socio: «Chris, durante la actualización, hubo una falla en la partición y perdimos los datos de todos los usuarios».

Mi negación: «Ja, ja… me estás jodiendo, ja ja. Me cago de la risa».

Mi ira: «Listo, ¡renuncio! Tengo una relación con casi 12 mil personas que me van a desear la muerte. Listo, ¡renuncio! no hay modo que siga en este proyecto después de este moco».

Mi negociación: «¿Estás seguro de que no hay vuelta atrás?¿Estás seguro de que no se puede deshacer?».

Mi depresión: «Estoy jodido. ¡Puse mi propio nombre en este proyecto y producto y ahora toda Internet va a estar inundada con ‘Chris Abraham Apesta’ y todo lo bueno que fui construyendo durante estos meses se fue por el inodoro!».

Mi aceptación: «Pará, pará, pará. OK. No voy a renunciar. No cierro Eggdisk. No borremos los usuarios. No hagamos borrón y cuenta nueva. Vamos a hacer esto: A CADA USUARIO DAMNIFICADO LE VAMOS A DAR 8GB DE ALMACENAMIENTO Y 50GB DE ANCHO DE BANDA POR MES DE POR VIDA». Este error necesita ser enmendado y la única forma que se me ocurre de resolverlo es suplicando perdón y también tratando de ofrecerles un incentivo suficiente para que a) no nos abandonen para siempre y b) no hablen pestes de nosotros»

Bueno, mi socio dijo que SI.

¡Mea culpa, mea culpa, mea maxima culpa!

Chris «Huevo en mi Cara» Abraham

Aunque a veces se me vuelva en contra, sigo pensando que un rayo no cae dos veces en el mismo lugar, asi que volví a subir los trece (justo 13) archivos a Eggdisk. Tal vez si eran más cantidad o más importantes les hubiera dado la espalda. Pero me parece que nuestro ovoide emprendedor resolvió bastante bien la crisis.

Y aprovecho la excusa para volver a recomendarles los posts donde estaban esos archivos y que ahora pueden volver a visitarse:

Música para el fin de semana

Cómo vender la misma canción diez veces (o más)

Viernes 15 de diciembre: acabó el año