Categorías
leyes moda politica

No fumadores, apoyemos a los fumadores

nofumar.jpg

A un año de la Ley Antitabaco española, el diario El País hace un balance. Se congratula de que la medida hizo que se redujera el consumo un 3%, pero critica que en muchos lugares no se aplica como se debe.

En Buenos Aires las cosas son exactamente al revés: pese a la Ley Antitabaco, no baja la venta de cigarrillos en la Ciudad, pero, eso sí, se respeta a rajatabla. Nadie fuma en bares y restaurantes que no tengan un sector habilitado.

Los no fumadores militantes todavía no pueden creer la conquista de lugares públicos libres de humo. Pero a no festejar. La alegría tiene fecha de vencimiento: alrededor del 21 de marzo.

La ley se cumple porque tuvo un atajo en el que las tres partes involucradas (fumadores, no fumadores y dueños de restaurantes) quedan conformes, que son las mesas en la vereda. Ideales para fumarse un faso mirando la gente pasar en estos días de calorcito (la ley empezó el 10 de octubre), pero poco seductoras con temperaturas por debajo de los once grados.

Cuando los fumadores, decidan que el café que se iban a tomar para entrar en calor tienen que hacerlo en la helada vereda (ya que, como se dijo, no van a dejar de fumar) y los bares comiencen a poner menos billetes en la caja registradora, comenzaremos a ver nuevamente el humo puertas adentro.

Por eso, si los no fumadores quieren conservar la pureza de su aire a partir del otoño deben ser los que se pongan a la cabeza de una nueva reivindicación: bares exclusivos para fumadores y bares exclusivos para no fumadores.

Así todos contentos de nuevo. Los bares porque seguirán llenos y fumadores y no fumadores porque tendrán un lugar propio. La desventaja para los no fumadores es que el bar al que suelen concurrir se pase de bando (cuando se implementó en Chile el 80% de los establecimientos eligió ser exclusivo para fumadores). Pero buscar otro bar es siempre mejor que volver a la farsa del «sector de no fumadores».

Alguien dirá que toda esta lógica parte de una premisa que todavía no se comprobó, y que si la ley se cumple, no tiene por qué empezar a violarse. En tres meses volvemos a hablar.