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Realizarse

Árbol genealógico

A Federico

¿De dónde salió eso de que para realizarse había que plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo? Yo planté dos, escribí dos y tuve dos, pero no me siento doblemente realizado.

Aunque nos empecinemos en negarlo plantando, escribiendo y pariendo, tenemos dos metas, dos puntos de llegada: la muerte y la realización personal. La segunda no es más que un invento para darle algún sentido a lo absurdo de la otra. Si nos realizamos un día demasiado antes de nuestro último día. ¿Qué sentido tienen los días que están en el medio?

No, la frase hace agua. Vivir nos va demostrando que todo es más placentero (¡y más difícil!) que la acción de enterrar una semilla, llenar hojas en blanco y pujar en una sala de partos.

Creer que ocuparse de vegetales, historias y seres vivos se resuelve con un acto es pecar de ingenuo. En realidad son procesos que se sabe cuándo comienzan, pero que nunca vamos a estar seguros de que terminamos la misión.

Seamos responsables de que ese brote se transforme en un árbol, día tras día. Escribamos un buen libro, pero que sea bueno, no importa el tiempo que nos lleve y si se publica o no. Y criemos a un hijo, signifique lo que eso signifique.

Es decir: tener un árbol (para lograr que algún día podamos cobijarnos bajo su sombra), plantar un libro (para que algún día sus hojas irradien vida) y escribir un hijo (para que algún día leamos en él una historia que nos enorgullezca).

[audio:http://www.simplenet.com.ar/mp/mpaniversario/21.mp3]