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Gran Hermano: ahora, cambien las reglas

De los dos pronósticos que di sobre el «Gran Hermano» que terminó ayer, acerté uno y estuve muy cerca con el otro.

1) A menos de un mes del comienzo, razoné la llegada de «Gran Hermano VIP», proyecto descartado en ese entonces y que Telefé ya está anunciando.

2) En la mitad del ciclo, cuando todavía las cosas estaban lejos de definirse y Diego era el gran candidato, supuse que ganaba Juan. Salió segundo.

Con este autoasignado título (no oficial) de «experto en Gran Hermano» permítanme hacer un nuevo augurio.

Cada grupo de Gran Hermano toma como modelo al anterior. ¿O alguien duda de que Marianela es una Silvina Luna recargada? Las estrategias usadas en una edición del reality que vieron con devoción los nuevos jugadores son el piso para las nuevas intrigas.

Es por eso que si los productores no cambian las reglas del juego van a sorprenderse cuando todos los jugadores se nominan a sí mismos en la primera semana. Y no porque quieran imitar a Juan, sino porque el nuevo modelo a seguir es Claudia Ciardone, la primera expulsada de la casa.

Es que el éxito del show va a ser su condena. Cito un fragmento de una nota de El Cronista:

– En la semana posterior a la eliminación del juego un participante puede facturar casi $10.000.
– Por desnudarse ante las cámaras de Playboy, Claudia Ciardone la primera eliminada y la única que reingresó al ciclo- recibió un cheque orillaría los $30.000, más una participación sobre las ventas de la revista en cuestión.
– Quienes quieren contratarlos aseguran que los participantes están facturando entre $30.000 y $40.000 mensuales.
– El sueldo por participar en el programa orilla los $2.000.
– Las contrataciones son manejadas por un manager designado por el canal que también muerde algunos billetes de los que entran en el bolsillo de los nuevos famosos.
– De sus ingresos extra, cobrarían cerca de un 50%, mientras que la mitad restante se divide entre el canal y los representantes.
– El abanico de ingresos de estos jóvenes parece amplio y generoso. La participación en otros programas de Telefe, las sesiones fotográficas de la revista Paparazzi (publicación de Jorge Rial) y hasta algunas salidas en América están incluidos en el contrato.
– El desfile por las discos se realiza generalmente los fines de semana. En Olivos, Sunset paga $950 por unas horas de estos participantes. Casi todos estuvieron allí. Si van en grupo, el manager puede negociar una rebaja. Los boliches del interior son los que más piden por las nuevas figuras.
– Casi todos, además, se volvieron «eventeros: cobran por estar en la presentación de alguna marca.

Y no solo eso. Cuando Claudia volvió a la casa se autonominó siempre para volver a salir. Adentro no se factura.

Esto no lo sabían los que estaban en la casa y por eso persistían en ganar los «ínfimos» $100.000 pero los de afuera lo tienen bien claro: «Cuando entrás no querés salir, pero cuando salís, no querés volver a entrar ni loco», revela Nadia. Algo de eso habrán intuido ayer Mariela, Juan y Marianela cuando ojeaban las revistas protagonizadas por sus compañeros con una mezcla de ansiedad y envidia.

Por eso todos los nuevos jugadores van a autonominarse y hacer todo tipo de trapisondas para que sus compañeros y el público enfurecido los expulse y puedan recorrer la tv y juntar billetes el mayor tiempo que se pueda.

Una vuelta de tuerca interesante sería que el público percibiese estas intenciones y los castigara dejándolos en la casa. «¡Ah! ¿te hacés el malo? ahora no te voto, así no salís y no podés facturar». Con lo que terminarían favoreciendo a los buenos con la expulsión. La inversión perfecta de las reglas: salen los buenos y se van quedando los más malos. Con un efecto secundario interesante: en la final quedarían los tres más malos que, como sabemos, son más divertidos que los tres más buenos, así que narrativamente sería más atractivo que tres insulsos tratando de no arriesgar lo que construyeron durante cuatro meses, el gran talón de Aquiles de este reality.

Asi que, público querido que gasta sus ahorros en llamados para solventar el salario de Jorge Rial, en la próxima temporada VOT BUENO. Porque, después de todo, ¿no era que la cárcel era para los malos?