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Cuando conocí a Guinzburg

Tenía 16 años en 1986 y participaba de «La llave» la revista del Centro de Estudiantes de la Escuela Técnica ORT. Gracias a esa revista amateur pude entrevistar a Carlos Abrevaya y Jorge Guinzburg, dos de mis ídolos de entonces. La idea era imitar en esa entrevista a los reportajes que hacían ellos para «La noticia rebelde», por eso la pregunta para romper el cubito o las menciones a declaraciones de archivo. La transcribo acá porque puede decirse que es «casi» inédita (salvo para los alumnos de ORT de esos días):

Radio Belgrano. Diez y cuarto de la mañana. Un inexperto periodista ingresa en un estudio diciendo «¡Buenos días!», saludo que sale por el micrófono. Dos personas miran hacia la puerta. Son Jorge Guinzburg y Carlos Abrevaya.

Por las dudas, decimos que Abrevaya y Guizburg son los conocidos periodistas de «La noticia rebelde» (¡no los que pasan revista, eh!) y que además tienen un programa de radio llamado»En ayunas». Trabajaron también en muchísimas revistas humorísticas, creando, sin duda, un estilo.

Periodista: Las preguntas que voy a hacerles son al estilo de los reportajes que hacen ustedes…

Carlos Abrevaya: Ah no, entonces no.

Jorge Guinzburg: Yo no acepto ese tipo de reportajes tan agresivos (risas). Aunque podemos hacer una excepción.

Periodista: Vamos a empezar con una pregunta para romper el hielo, ¿son conscientes de que si cada uno hubiese trabajado por separado no habrían llegado a nada?

Carlos Abrevaya: No creo. Mirá, hay un ejemplo bastante simple: en una época, cuando cierran todas las revistas humorísticas en Argentina y a nosotros sólo nos quedaba como elemento de trabajo unido la tira «Diógenes y el linyera», los dos empezamos a trabajar en publicidad porque en periodismo había escasas posibilidades durante buena parte del Proceso. A partir de ahí, el señor Guinzburg se ha destacado como director creativo de varias agencias de publicidad de Argentina. Yo, bastante más humilde, he sido director creativo de una agencia y, como se ve, hubieramos tenido carreras de publicitarios, por ejemplo. Si hubieran existido las revistas habríamos trabajado también solos o juntos, nos complementamos sin duda bien y es más grato y efectivo trabajar en equipo, pero eso no le resta capacidad a él, por ejemplo, para trabajar solo.

Periodista: ¿Por qué siempre Abrevaya y Guinzburg y no Guinzburg y Abrevaya? ¿Nunca tuvieron problemas de cartel?

Jorge Guinzburg: No, no, generalmente es al revés. Cuando firmamos, solemos firmar, firmamos Guinzburg y Abrevaya, porque nos parece que es más fácil empezar con una consonante que con una vocal para pronunciar. Pero si la pregunta es si tenemos problemas de cartel, no, no tenemos.

Periodista: ¿Que sentiste, Jorge, cuando publicaste un libro como el de Diógenes y el linyera y apareció escrito tu apellido como «Guinsburg» en la tapa?

Jorge Guinzburg: Concretamente me molestó mucho, me pareció vergonzoso que la editorial hiciera eso. En realidad no sólo me molesté yo, también se molestó Daniel Divinsky, el director de la editorial, porque lo sintió como una torpeza, que lo fue y por eso me molesta, no porque diga «¡ay, no se me reconoce el esfuerzo!. Además, convegamos que no me llamo Pérez, es un apellido difícil el mío.

Carlos Abrevaya: Pero merece un cierto respeto, porque Pérez también se podría escribir con «s». Si alguien publica el libro de otra persona, por lo menos que sepa cómo se llama.

Periodista: Siguiendo con el tema de «Diógenes y el linyera», ¿por qué aparece como único autor Tabaré?

Jorge Guinzburg: Como cuando empezó a salir yo estaba afuera, Carlitos se enteró por el diario. Ahora es más difícil cambiarlo.

Carlos Abrevaya: Generaría una serie de complicaciones de diagramación y de liquidación, que así, en vez de liquidarle a tres personas, le liquidan a una sola, además de otras complicaciones que hicieron que saliera así.

Periodista: En un número de la revista Hum(r) de marzo de 1981, Gloria Guerrero, en la sección «Bajoneantes y plomazos» dice: «Guinzburg y Abrevaya, los guionistas de la tira ‘Diógenes y el linyera’ insisten en retratar a los jóvenes como imbéciles que se la pasan tirados en el piso fumando y cultivando malos modales, sólo por escuchar música en un cassette. Viendo el cuadro, a la dupla Guinzburg-Abrevaya…

Jorge Guinzburg: Ves, ahí dice Guinzburg y Abrevaya y no Abrevaya y Guinzburg (risas)

Periodista: … no se le ocurrió peor poludez que poner en boca del linyera ‘por un momento creí que habíamos entrado en un festival de rock» ¿les dan asco los jóvenes?

Jorge Guinzburg: No, para nada, ¿cómo nos vamos a dar asco? (risas) Ahora, no creo que se le pueda dar demasiada importancia a lo que dijo Gloria Guerrero en el año ’81, que tal vez no conocía cómo pensábamos, tal vez no seguía la tira, porque sino se hubiera dado cuenta de que no es reaccionaria, y creo que ese comentario de Gloria Guerrero es una pelotudez, que no significa que Gloria Guerrero sea una tonta.

Carlos Abrevaya: Claro… (silencio) Bueno, yo la conozco un poco más porque estoy en Hum(r).

Jorge Guinzburg: Y es tonta…

Carlos Abrevaya: Un poquito… tonta, lo que se dice tonta…

Jorge Guinzburg: Medio tonta.

Carlos Abrevaya: Carece de sentido del humor como para superar algunas cosas. Creo que no hay que generalizar, también hemos hecho bromas con publicitarios, con políticos, etc., lo que no significa abarcar a toda la especie en ese personaje.

Periodista: ¿Son machistas?

Jorge Guinzburg: Yo no… mi mujer es.

Periodista: ¿Y vos Carlos?

Carlos Abrevaya: No, yo no, para nada.

Periodista: ¿Y la frase que dijeron cierta vez en una revista humorística, «la mujer es igual al hombre, al hombre tarado»?

Jorge Guinzburg: No, no la dije yo.

Periodista: Firmado: Guinzburg y Abrevaya.

Jorge Guinzburg: Por eso, la dijimos nosotros (risas). En esa nota, que se llamaba «La mujer es inferior», lo cual de entrada demuestra que no somos machistas…

Carlos Abrevaya: (con tono ingenuo) Eso es una realidad… (risas)

Jorge Guinzburg: … allí planteábamos frases de otros autores, entre ellos San Agustín, San Pedro, frases misóginas. Entonces, para rematar, terminábamos con una frase misógina nuestra muy agresiva. Tenía que ser mucho más brutal que las demás… porque si San Pedro dice «si estás libre de mujer, no busques mujer», entonces tenía que ser una mucho más salvaje que esa, que sea ofensiva, y lo logró, porque las mujeres se ofendieron.

Carlos Abrevaya: Posteriormente hicimos una nota titulada «El hombre es inferior». Estaba todo en un contexto humorístico y la única intención era bromear, no expresar un pensamiento serio sobre la mujer y el hombre.

Periodista: ¿Por qué criticando como critican a Neustadt, en un reportaje en una revista donde Carlos era secretario de redacción le permitieron hacerse un autorreportaje, que fue nota de tapa, en el que trataba de héroes a Videla y Massera? ¿No implicaba eso un apoyo al régimen?

Jorge Guinzburg: El poder de un secretario de redacción, cuando hay gente arriba que intenta poner algo es prácticamente nulo.

Carlos Abrevaya: Por un lado, la revista dirigida por Oskar Blotta (N. del B.: se refiere al Ratón de Occidente) tenía un pensamiento que no era el mío. Por otro, yo modifiqué bastante mi manera de pensar. Ahora soy más consciente de algunos horrores periodísticos de lo que era antes. Además, ni pasó, por mis manos, ni fue sugerencia mía el hecho de que Neustadt escribiera en la revista.

Jorge Guinzburg: De todas maneras, alguna vez Dante Panzeri, con quien hablábamos bastante Carlos y yo, publicó artículos en la revista «Sí», cosa que yo le criticaba. Entonces él me dijo: «Mirá, lo importante no es la revista en la que publicás, sino las cosas que escribís en esa revista». Si vos escribís en un medio sin hacer concesiones, vale. Aunque yo no escribiría en Cabildo, por ejemplo.

Carlos Abrevaya: Por otra parte, para terminar con esto, yo he cometido, sin duda, errores. Si los argentinos llegamos al 24 de marzo del ’76, seguramente fue porque muchos no vimos cuál era la situación nacional real. Mucha gente, entre la que me incluyo, vieron en Isabel un gobierno insostenible, una torpeza de pensamiento total, también muchos creímos en una loca unidad imaginada con la vuelta de Perón «prenda de paz», cuando en realidad una visión detallada del peronismo de entonces nos iba a demostrar que esa unidad era falsa. Me faltaron maestros, en todo caso otras visiones. Hoy me parece que estoy viendo un poco más claro.

Jorge Guinzburg: Vas a ver dentro de diez años que hoy no veías claro.

Carlos Abrevaya: Posiblemente… es una de las cosas que se me sumaron en esta época. La pregunta es, si yo me creí tantos versos antes, ¿no me estaré creyendo un nuevo verso? Esto también tiene respuesta, pero si sigo, esta respuesta va a ser más larga que la revista.

Periodista: Cambiando de tema, Jorge, ¿podés contar detalladamente cómo te patoteó Silvio Soldán?

Jorge Guinzburg: No me patoteó Silvio Soldán, creo que no me patoteó. Por ahí no me dí cuenta. Bromas que hicimos sobre Silvio Soldán él las vio como una campaña y me dijo algo que me shockeó, que no pasaba por lo que pensaba él, sino por cómo lo jodían al hijo en la escuela. Entonces me pareció que uno puede evitar sobre determinadas cosas hacer bromas.

Carlos Abrevaya: Aparte, la broma sobre el bisoñé, el aplique o lo que tiene puesto Soldán en la cabeza era una broma fácil, que surgía de los comentarios que se hacían en los concursos de «La noticia rebelde» y donde las bromas se hacían sin preparación. Además, si uno quisiera hacer una campaña de desprestigio a Soldán, no la haría de esa forma.

Periodista: Como no podía faltar en un reportaje como éste, ¿pueden contar un chiste o una anécdota graciosa que les haya pasado?

Jorge Guinzburg: (piensa, toma aire y dice) … no.

Periodista: Ustedes cuando terminan una entrevista le regalan al entrevistado la mascota del programa. Como en nuestra revista «La llave» no tenemos mascota, les voy a dar una llave Trabex a cada uno.

Jorge Guinzburg: Muchas gracias, es muy linda.

Periodista: Tan linda no es…

Jorge Guinzburg: No, no, me encanta, porque vos sabés que no me abre la puerta de casa, así que me viene bien…

Abrevaya y Guinzburg en 1976
Abrevaya y Guinzburg en 1976