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La Rosa Purpura de El Cairo

Imagínense a James Gandolfini mandando a matar gente como su personaje de Tony Soprano. O al nabo que protagoniza Numb3rs aplicando la matemática para cualquier situación de su vida cotidiana. Eso es precisamente lo que hace Charlie Sheen, que decidió tomarse tan en serio a su personaje Charlie Harper de «Two and a half men» que a esta altura no se sabe si es más graciosa la serie o las noticias sobre su vida.

«Two and a half men» es una de las pocas sitcoms tradicionales que van quedando y su estructura es similar todas las semanas: un mismo episodio repetido una y otra vez con variantes donde interactúan dos hermanos, Alan, divorciado, pusilánime y tacaño y Charlie, soltero, millonario y vicioso. El programa ya va por su octava temporada y es uno de los más vistos de EE.UU.

Tanto el Charlie de la ficción como el de la vida real salen con decenas de mujeres gratis y pagando, se emborrachan y ganan (y gastan) fortunas. Cada día Charlie Sheen le regala noticias escandalosas a la prensa sensacionalista. Una noche de trampa, para despistar a los papparazzi decidió disfrazarse, en lo que fue calificado como «El disfraz más tonto jamás visto»:

¿En serio creía que con esos bigotes iba a engañar a sus perseguidores? Si hacen esto en una sitcom es poco creíble.

En un nuevo episodio del Charlie de la vida real, una actriz porno a la que había invitado a una orgía de 36 horas declaró que estaba embarazada, aunque no sabe si es de él o no.

Y mientras entra y sale de clínicas de rehabilitación, declara que no grabó nunca un episodio borracho y aconseja que no lo imiten, lucha para que lo dejen grabar nuevos episodios de la serie. “Me he curado muy rápidamente, pero también me descontrolo fácilmente, así que aprovéchenme ahora muchachos”, advierte.

Al final de cada episodio de Two and a half men, su creador Chuck Lorre, muestra durante un segundo sus Vanity Cards, minitextos con sus pensamientos sobre la vida. En la de la última semana escribió:

Hago ejercicios regularmente. Como cantidades moderadas de comida sana. Me aseguro de descansar lo suficiente. Veo a mi doctor una vez al año y a mi dentista dos veces al año. Me paso hilo dental cada noche. Me hice radiografías del pecho, tests cardiovasculares, electrocardiogramas y colonoscopias. Veo a un psicólogo y tengo una variedad de hobbies para reducir el stress. No bebo. No fumo. No me drogo. No tengo sexo irresposable, alocado, con extraños.

Si Charlie Sheen me sobrevive, voy a estar realmente disgustado.