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Blogversaciones: Twitter

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En el Boletín de Periodismo.com que se envía hoy escribo sobre Twitter, el tema que parece tener en vilo a la blogosfera argentina. Este servicio para enviar al mundo mensajes de 140 caracteres de extensión no deja a nadie indiferente. Y eso se vio en los blogs estos últimos días:

Dijo Resacas: «Twitter es lindo. Es como volver a la lista de correo, pero más breve. Es bueno porque nos da la idea de ‘aquí estamos’. Acto de presencia. Nos evita la molestia de escribir un mail preguntando: -¿Qué pasa tío?; nos enteramos un poquito de logros editoriales, cambios de trabajo, amores nuevos, nacimientos, operaciones, proyectos discográficos, decepciones, deseos, aburrimientos mutuos y también de las cosas mínimas que nos pasan. Lo necesario. Sin entrar en detalle.»

Dijo Bloc de Periodista : «Estamos construyendo el primer directorio de twitteros argentinos. ¿Existe otro? Para estar en él sólo tenés que descubrir tuitiar. Agregalo a tu lista y veremos cuántos somos. No importa dónde estés. Mancini es argie, pero está en Madrid. ¿Cuántos twitteros argentinos habrá? ¿300, 1.000 ó más de 5.000? Tuitiar servirá para eso, entre otras cosas.»

Dijo eBlog: «Lo interesante de Twitter es una vez que lo usás y agregás gente y lees a todos ellos. Porque si lees sólo a un usuario (Gallo, Mancini o quien sea) es como escuchar a Los Beatles con un sólo parlante: perdés sonidos, voces, instrumentos.»

Dijo el ciprés en el patio: «Y claro, como no se van a copar todos los periodistas de la argentina con twitter, si están todo el día al pedo
es ideal para postear vía celular desde un evento con sus colegas, todos comprometidos con la realidad nacional mientras miran un nuevo televisor de LCD y comen un sandwichito de atún no es tan grave, ahora solo habrá que aguantar las notas, ‘el boom’, los directorios, las referencias, las recomendaciones, ‘la comunidad de twitteros en la argentina’, el croto que tiene cuenta twitter, el especial multimedia, la tapa del suple sí, la zzzzzzZZzz».

Dijo Minerva: «Yo me registré hoy porque la idea me pareció divertida y me agregaron no sé cuántos tipos de los cuales no tengo ni puta idea de quiénes son. Hay un par que leeré porque leo sus blogs y me divierten. El resto que se curta. Además no sé cuánto me va a durar la euforia. Y en tercer y último lugar, no sé, no quiero ser agresiva porque mi mamá me enseñó que eso es malo, pero ¿qué pomo me importa quién va a ser la tapa de la próxima Playboy?»

Dijo Resacas: «Twitter se llenó de presuntuosos, ególatras, jactanciosos, haciendo ostentación de sus palms, sus ipods, sus laptops, sus viajes, sus trabajos, sus desarrollos profesionales, sus emprendimientos acerca de causas nobles, pero, por sobre todo, haciendo alarde de una soledad alarmante y un patetismo que supera (todavía más) al de los salones de chat.»

Dijo La tuya está: «Veo que existe la tentación de crear listas tuitera que se contapongan a la de los iniciadores de la cosa lo que implica simplemente duplicar el sistema. Recuerdo un diálogo entre Foucault y un grupo de estudiantes maoistas acerca de la autoridad policial, los maoistas claro hablaban de la creación de su propio cuerpo policíaco mientras que el filósofo trataba de hacerles entender que eso sólo era un réplica de los mismos métodos de la burguesía y que lo que había que romper era esa idea de replicar un sistema con otro y acabar con la idea de autoridad. La creación de otras listas tuiteras sólo responde a una idea de emulación que me parece absurda, no es que este mal ESA lista de tuiter hay que oponerse a la idea general de que es mejor hablar con titulares que explayarse.»

Dijo deUgarte: «La visibilidad permanente y perenne genera resistencias, resistencias que no son precisamente a la postmodernidad, sino a la esencia misma de la Modernidad y sus instituciones tal y como las describía Michel Foucault. Para muchos la cruda emisión contínua del ‘yo hago’ hace que la red generada se parezca demasiado, siguiendo a Foucault, al patio del colegio, el psiquiátrico o la prisión. La visibilidad total es el control total posible. Tal vez por éso, de mi red twittera original, la mayoría de los que quedan más activos son los que han cerrado la lectura de sus mensajes a externos a la red íntima.»

Dijo Daroxiano: «Me vienen dos preguntas:
a) ¿No les da fastidio tener que contarle a cada espontáneo que carajo están haciendo? ( yo he terminado relaciones maravillosas sólo porque cada noche me llamaban para saber que había cenado)
b) ¿A que viene esta fe virtual en lo que el prójimo hace o dice?. Fe por cierto que no se verifica en el mundo real… Y, a pesar de cómo pueda sonar, me resulta más sano esto último.
No sé… supongo que estoy viejo, pero tampoco entiendo esto che. Se me antoja fatuo. ¿Será esa pasión de vivir para una cámara (cada vez menos) imaginaria?».

Dijo Wimbledon : «Personalmente, creo que Twitter podría ser algo así como el catálogo de las acciones de comienzo del siglo XXI. Una fuente a la que podrían recurrir los antropólogos esparcidos por el mundo para saber cómo vive la gente, qué hace.»

Dijo Carlos Seda: «En la medida que soy lo que enseño mi vida es una vida hueca. No hay un adentro, no hay nada que conocer en mí. Ningún secreto, ninguna motivación interna. Todo se reduce a una pura apariencia que exterioriza su propia lógica en el próximo tweet.»

Dijo Pablo Mancini: «Twitter revive los peores prejuicios que hace unos años tenían como objeto a los blogs y ahora, parece, a los chats distribuidos. Aún con sobredosis de gerundios y función fática del discurso, Twitter sobrevive y crece. ¿Por qué? Porque la potencia es el formato, la arquitectura y no el contenido. La arquitectura de la red cala más hondo que los contenidos que circulan por ella. La arquitectura de la red es su política y eso es algo que la política elitista sobre contenidos -moderna, nada posmo, verticalista e idealista- no comprende porque piensa en viejo. Twitter es un emergente minúsculo de la era de la fluidez, 140 caracteres de la desinvención de la modernidad. Cuando nos molesta -a todos nos pasó- es porque nos transforma. Relájate y goza.»

Dijo Nada Personal : «Twitter no me cierra a pesar de su potencial informático-automático y aunque el concepto de tiempo real aplicado a lo virtual sea tan interesante. El problema es que no vi que se use para eso.»

Dijo el escribiente: «No sé por qué piensan que intercambiar pelotudeces a través de los blogs, de Twitter o de lo que mierda sea tiene mayor trascendencia que intercambiar pelotudeces por teléfono, en una charla de bar o en la cola del Coto. La supuesta conveniencia de las nuevas herramientas nunca podrá apreciarse mientras los contenidos sean los de siempre: egos, puteríos, celos, alcahueterías y hasta algún business, propios de la profesión periodística.»

Dijo roedor: «Si los tuiteros les parecen absurdos, abstráiganse un rato y pregúntense por la salud mental de los millones de hombres y mujeres de cualquier edad que en el subte, el bondi, la cola del banco, el banco de plaza o hasta caminando en la calle, van con la cara estampada a la pantallita del celular escribiendo cosas trascendentes del tipo ‘estoy llegando’ o ‘tkm, cuidate’.

Qué no contar en Twitter
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