Mi hermano Esteban está suscripto a la revista de papel Artes Gráficas. Esta es la tapa del número de este mes.

Notarán que en uno de los títulos de tapa aparece su nombre. En realidad, cada ejemplar de este número tiene en su tapa un título personalizado con el nombre del suscriptor. El efecto es muy poderoso y está realizado con una máquina HP Indigo 5000, ideal para tiradas cortas y a la carta.
Esta personalización es impensable en revistas masivas y de venta en kioscos, pero las revistas con suscripción bien podrían empezar a utilizarla. El paso siguiente es personalizar los contenidos (y la publicidad) según los distintos perfiles de suscriptor. Algo que la web viene haciendo hace rato.
Comparado con las publicaciones digitales, el mundo de las revistas está estancado. Hace rato que no innova. Pareciera que lo novedoso puede pasar únicamente por lo cosmético. Corríjanme si me equivoco, pero en Argentina las últimas sorpresas creo que fueron las que cada tanto ofrecía «Veintiuno»/»Veintidós»/»Veintitrés» cuando la dirigía Lanata (¡hasta se animó a cambiarle el nombre cada año!).
Pero el problema es mundial. Don Ranly, un profesor de la Facultad de Periodismo de la Universidad de Missouri, sostiene que las revistas tendrán éxito emulando a la web. En una charla frente a editores de revistas, y a propósito del esfuerzo de las publicaciones en producir notas largas, les preguntó qué les hace pensar que la gente tiene tiempo como para leerlas. La web, con sus textos cortos y concisos, es el modelo a seguir. Y enumera una serie de consejos:
- No le haga adivinar a la gente lo que hay dentro de su revista. Ofrezca títulos de tapa intuitivos con números de página.
- Haga que el sumario sea destacado y usable. «Considérelo su home page». Además de los títulos intuitivos de los artículos, ofrezca destacados.
- Fomente la interacción con los lectores, no solamente a través de las cartas de lectores.
- Use la segunda persona (tu/vos/usted) más frecuentemente.
- Divida el contenido en bloques cortos y sepárelo con microcontenido prominente y seductor (subtítulos, epígrafes, gráficos) para un seguimiento más fácil. Involucre a los redactores en el armado de ese microcontenido.
- Deseche el «contenido inútil», de compromiso, como las Cartas del Editor.
En las observaciones de los lectores hay un par de puntos adicionales interesantes:
- «Hace unos años, la mayoría de las publicaciones digitales imitaba a la gráfica impresa. Ahora el contenido tradicional se está pareciendo cada vez más a la web. Tiene sentido si a los editores les importan los lectores de menos de 30.»
- «Escribir más corto, tanto para la web como para gráfica impresa, no significa necesariamente escribir menos. Divida ese artículo de 2000 palabras en bloques digeribles para todos los muchachos ocupados.»
A riesgo de ser contradictorio y que este texto termine siendo demasiado largo, me gustaría citar otra innovación en revistas de estos últimos días, también basada en la dinámica de la web: Colors Notebook.

de la blogósfera, una de las principales normas de los bloguers fue «un post cada día». Para muchos, la regla era «al menos un post cada día» y nos regalaban distintos textos a lo largo de la jornada. De este modo lograban un tráfico acorde a la cantidad de contenido publicado y la fidelidad de los lectores, que premiaban al bloguer con una visita cotidiana.



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