«Esta época espera que cada hombre y cada mujer, cada niño y cada anciano, sean ricos o pobres, se transformen en ‘emisores’. ¿De qué? Eso carece de relevancia, puesto que la experiencia inmediata del mundo se ha vuelto tan fugaz como una primera plana de periódico. Y por cierto, que los matutinos debatan la naturaleza de estos sitios informáticos es algo muy natural, puesto que nada hay más parecido a un diario que un blog con pretensiones culturales. Ambos han de ser llenados todos los días.» (Christian Ferrer)
Autor: Diego Rottman
«Hafanana», dedicado a Juan Carlos Calabró y su «Calabromas»:

El 5 de febrero empieza una nueva edición de curso de Investigación en Internet que dicto desde hace seis años en Periodismo.net. Dura tres meses y se realiza totalmente a distancia.
- Programa: http://www.periodismo.net/invinternet/
- Costos y formas de pago: http://www.periodismo.net/pagos.htm
- Preguntas frecuentes de la modalidad: http://www.periodismo.net/faq.htm
- Inscripción: http://www.periodismo.net/inscr.htm
Cómo ver tv de EE.UU. online
Existe un modo legal de ver los programas de la televisión yanqui al momento que se
emite. Se llama Hulu.
Hulu ofrece gratis decenas de programas actuales y viejos de NBC y Fox para ver desde el navegador de nuestra computadora. Tiene todos los episodios de House, Prision Break, 30 Rock o Los Simpson, pero también series viejas completas como Brigada A, Fama o Mamá y sus increíbles hijos. También hay realities, noticieros, programas periodísticos, deportes y algunas películas.
Tiene tres limitaciones:
1) La programación no está subtitulada.
2) Está en período de beta cerrada, lo que significa que solo es posible registrarse con invitación.
3) Se puede usar solo desde Estados Unidos.
A los que puedan superar el punto 1) les ofrezco una solución para los otros dos.
Para conseguir una invitación, TechCrunch ofrece algunas. Vayan acá y regístrense. Apúrense porque al momento de escribir esto solo quedaban 382.
Para saltarse la barrera del país, existe un programa gratuito muy fácil de usar, llamado AnchorFree Hotspot Shield. Hay que bajarlo, activarlo y listo. Acá hay un buen tutorial para instalarlo.












No solo la industria de la música aumenta sus ventas a la par del crecimiento de la piratería. Según Paulo Coelho, piratear sus propios libros lo ayuda a vender más ejemplares.
En un reportaje reciente Coelho había dicho que coleccionaba sus novelas pirateadas, que tenía una 50 y que autografió ejemplares truchos. Pero nunca llegó a reconocer que él mismo instigaba a la piratería de su propia obra. Pero la semana pasada, en una conferencia del Digital Life Design de Munich contó la experiencia de Pirate Coelho.
En su sitio oficial desde siempre los fans de Coelho pueden descargar gratis algunos de sus libros completos o fragmentos, pero admite que sus editores no están muy contentos con la idea. Entonces decidió autopiratearse. Empezó bajándose todos los libros digitalizados suyos que fue encontrando y después los fue publicando en un blog anónimo que abrió en WordPress.
Ahora necesitaba que sus fans llegaran a este blog. ¿Como promocionarlo? Puso un link en su blog oficial, como si fuera un link recomendado, «haciéndome el ingenuo, como si no supiera. Pero la gente fue allí, bajó el libro y, crease o no, las ventas aumentaron un montón».
Así, logró incrementar las ganancias de sus editores burlándose de sus prohibiciones. Le dio a los lectores un buen sistema para leer sus libros sin pagarlos. Sus lectores terminaron comprando sus libros a partir de este sistema. Vendió más libros, ganó más dinero y difundió más su obra. Todos contentos.
Pirate Coelho: http://piratecoelho.wordpress.com/
Relacionado: Indultemos a Bucay
Ideas y links que no llegaron a post
Cómo ser un bloguer famoso:


Y hablando de bloguers y de famosos, el Capitán Intriga acaba de lanzar un nuevo blog: Sólo enigmáticos. Cualquiera puede publicar o republicar allí chismes de famosos sin mencionarlos. El resto tiene que tratar de adivinar en los comentarios de quién se trata. Un ejemplo fácil de descubrir:
Uno, el número 1
El otro, quiere pero no puede.Uno, siempre que le preguntan por el otro, dice que son amigos.
El otro, el más groso, es muy prudente al responder.
Pero siempre le pasa un «sobrecito» para que «cuide» sus comentarios para con él.
Este año fueron rivales. Y ya todos saben el resultado.Pero días antes de que el number one terminara su ciclo fue visitado en sus oficinas por el conductor americano (de Palermo).
Le pidió un favor (nada que que no se pudiera pedir mediante un llamado telefónico) pero detrás del pedido se escondía otro: la autopostulación para jurado 2008 de uno de los futuros segmentos del exitoso ciclo del hincha del santo.Lo contó en todos lados pero hace horas cambió su versión.Ahora (después de su autopostulación) dice que «no está preparado para el puesto…
Es que del otro lado, el líder del rating le asestó una «sorpresita»… E instruyó a sus laderos para que convencieran a la archirrival del muchacho para que aceptara estar en el mismo estrado del que quería participar el ex hermanito.La conductora habría aceptado el desafío. Pero enterado su colega de la futura compañera, este ,se habría hechado atrás.
«Si está ella, yo no voy…»
dijo el ahora vacacionante hombre del chimento. Mientras tanto todo quedó en un stand by veraniego…
Garantizan al menos tres enigmáticos diarios. El blog está en http://soloenigmaticos.blogspot.com/.

El año pasado difundí el que consideraba que iba a ser el tema del verano: «Yo los considero mis hermanos», de Zambayonny. No me equivoqué. Fue un suceso en boliches, radios y velorios. Ahora que se está acabando la temporada, me vuelvo a jugar: este no solo va a ser el tema del verano, también va a ser el baile del verano. Presten mucha atención, sobre el final, al primer bailarín de la izquierda:

¿Quieren aparecer en el sitio de Presidencia de la Nación? ¿Buscan modificar alguna noticia de Clarín? ¿Les interesa engrosar el balance de sus cuentas bancarias? Todo sitio es truchable. Basta
1) Entrar al sitio a alterar
2) Pegar el siguiente código en la barra del navegador:
javascript:document.body.contentEditable='true'; document.designMode='on'; void 0
3) Enter
4) Cambiar lo que querramos en la página.
5) (Opcional) Hacer una captura de pantalla, a modo de evidencia.
Si quieren, pruébenlo con este blog. No me ofendo.

Y para terminar, como siempre, un jueguito: «Dispárele al candidato», protagonizado por los candidatos presidenciales norteamericanos. ¿Para cuando la versión local?
Las tres i del escritor
«Las responsabilidades de un autor: primero, ser inteligible; segundo, ser interesante; y tercero, ser inteligente.» (Arthur Conan Doyle)
Por qué amo a las series
A nueve años del comienzo de «Los Soprano» y a casi una década del último capítulo de «Seinfeld», los grandes medios en español parecen descubrir el fenómeno de las series. Una nota en «El País» hace tres meses y otra en «La Nación» esta semana pintan como novedoso un sistema que funciona hace años. Esta bienvenida al mundo de la cultura no es menor: la televisión como medio todavía sigue afuera de las páginas culturales, salvo para ser vituperada.

¿Por qué ahora? Antes seguir una serie no era fácil. Mucho menos seguir varias. Las revista de cable no ayudan con los horarios; hay que tener alrededor de 22 horas disponibles para ver cada temporada y mucho más si se suman todas las temporadas; estar siempre a la misma hora para verla en vivo (y acordarse) o poder organizarse para grabarla…

Pero desde hace no tanto las series se bajan de Internet, se alquilan en un videoclub o se consiguen en el Parque Rivadavia. Y apareció otro televidente, cinéfilo o al menos espectador de cine, que se anima a confesar que ve una serie sin pruritos. No solo ya no es vergonzante, es casi una necesidad cultural. Si hasta aparecen libros como «La psicología de Los Simpson» o «Los Soprano y la filosofía».

Soy teleadicto desde niño, pero este año dejé de ver el último programa de televisión abierta que veía. Ahora solo veo series. Hay demasiadas buenas y los canales de aire ya no ofrecen nada que me atraiga. Pienso mucho si escribir o no este párrafo: odiaría que suene snob o despectivo. De adolescente podía pasar una hora viendo «Mundo Panaderil» por Canal 2 y en 2007 seguí a «Bendita tv», el primer Gran Hermano y cachos de «Showmatch», así que no me voy a hacer el exquisito. Pero los DVDs y VHSs se acumulan y entre las confesiones de Andrea Pietra en «La biblia y el calefón» y las de Nancy Botwin en «Weeds», no dudo.

Además de ser el reino de los guionistas y de las excelentes actuaciones, hay un elemento que me hace adorar a las series por sobre las películas, que es el mismo que hizo que abandonara los cuentos para ser devoto de las novelas: su estructura. En un cuento o en una película nunca llegamos a conocer en serio a los personajes. En las novelas y en las series sí. Las series se hicieron verdaderamente interesantes cuando abandonaron la idea de que cada capítulo es una unidad independiente en la que todo vuelve a cero al final del episodio, como si fuera un grupo de cuentos con los mismos personajes. Para la generación de series adultas, cada episodio es como el capítulo de una novela (en eso, las telenovelas latinoamericanas fueron pioneras). Por eso «Los Simpson» es una serie del viejo estilo, mientras que la legendaria «Twin Peaks» puede meterse entre las nuevas.

Las dos horas de una película no alcanzan. Hacen falta 54 horas para entender a Tony Soprano, solo, separado de su mujer, mirando un cuadro del Rat Pack. 73 horas para comprender por qué Gregory House pone un cuchillo en un enchufe. 68 horas para reírse cuando Elaine conoce a las versiones opuestas de Jerry, George y Kramer. 60 horas para que la muerte de Nate Fischer se parezca a la de un ser querido.

Solo faltaba el profesor Shorofsky
«Pienso que Marcelo Tinelli con el programa capacitó a una generación de chicas nuevas. Les dio una especie de clase compulsiva de danza y de oído para escuchar música, lo que no deja de ser interesante. Cada una de ellas por separado no lo hubiera hecho.» (Antonio Gasalla)