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«Luis Ventura, el puritano» o «¿Con qué reemplazar a ‘Mujeres asesinas’?»

Si un extranjero hubiera visto el reportaje que ayer le hizo Luis Majul a Luis Ventura, habría pensado que el entrevistado era un puritano. El responsable de «Paparazzi» y colaborador de «Intrusos» se quejó del salvajismo de la televisión actual, protestó contra la vacuidad de «Gran Hermano», se preocupó por la ausencia de ficción, elogió a Pergolini por «filosófico» (?) y alertó contra los cambios de horarios de la programación.

Su crítica más tajante fue, sin embargo, para «Mujeres asesinas»: acusó al programa de «morboso». Si, leyeron bien, el Luis Ventura de la cámara oculta a Marcelo Corazza y de la foto a Javier Portales en terapia intensiva considera malsanas las imágenes del programa de Pol-ka.

Por otro lado, si bien Ventura puede no ser la mayor autoridad para escandalizarse por nada que muestre la tv, lo cierto es que «Mujeres asesinas» tiene los días contados. Mide bien, gana premios y hasta es prestigioso para cierta prensa pero, programas más, programas menos, las combinaciones atractivas narrativamente de niña/adolescente/adulta/anciana quitándole la vida a otro/s ser/es humano/s no son infinitas.

¿Con qué reemplazarlo entonces? Para seguir la política de Adrián Suar, voy a crear una idea afanándola de otro lado (y, si quiere, que me la robe él a mí). Combina la fórmula de rating, buena crítica y alta facturación de los dos éxitos de los últimos años: el citado «Mujeres asesinas» y «Algo habrán hecho», el programa de historia argentina de Felipe Pigna y Mario Pergolini. Como el de las damas criminales, atraparía a la audiencia femenina. Como el ciclo de divulgación histórica, desmitifica a los próceres. Como en los dos programas citados, ficcionaliza casos reales y se origina en un libro. Los unitarios se llamarían «Romances turbulentos de la Historia Argentina» y estarían basados en la serie de notas que publicó Daniel Balmaceda en la revista «Noticias» y que editó Norma.

Así, los televidentes podrían por fin conocer las intimidades sentimentales y sexuales de los figuras históricas de nuestro país. Que es, después de todo, el único reality que nos estaba faltando.