Año: 2008
No solo la industria de la música aumenta sus ventas a la par del crecimiento de la piratería. Según Paulo Coelho, piratear sus propios libros lo ayuda a vender más ejemplares.
En un reportaje reciente Coelho había dicho que coleccionaba sus novelas pirateadas, que tenía una 50 y que autografió ejemplares truchos. Pero nunca llegó a reconocer que él mismo instigaba a la piratería de su propia obra. Pero la semana pasada, en una conferencia del Digital Life Design de Munich contó la experiencia de Pirate Coelho.
En su sitio oficial desde siempre los fans de Coelho pueden descargar gratis algunos de sus libros completos o fragmentos, pero admite que sus editores no están muy contentos con la idea. Entonces decidió autopiratearse. Empezó bajándose todos los libros digitalizados suyos que fue encontrando y después los fue publicando en un blog anónimo que abrió en WordPress.
Ahora necesitaba que sus fans llegaran a este blog. ¿Como promocionarlo? Puso un link en su blog oficial, como si fuera un link recomendado, «haciéndome el ingenuo, como si no supiera. Pero la gente fue allí, bajó el libro y, crease o no, las ventas aumentaron un montón».
Así, logró incrementar las ganancias de sus editores burlándose de sus prohibiciones. Le dio a los lectores un buen sistema para leer sus libros sin pagarlos. Sus lectores terminaron comprando sus libros a partir de este sistema. Vendió más libros, ganó más dinero y difundió más su obra. Todos contentos.
Pirate Coelho: http://piratecoelho.wordpress.com/
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Ideas y links que no llegaron a post
Cómo ser un bloguer famoso:
Y hablando de bloguers y de famosos, el Capitán Intriga acaba de lanzar un nuevo blog: Sólo enigmáticos. Cualquiera puede publicar o republicar allí chismes de famosos sin mencionarlos. El resto tiene que tratar de adivinar en los comentarios de quién se trata. Un ejemplo fácil de descubrir:
Uno, el número 1
El otro, quiere pero no puede.Uno, siempre que le preguntan por el otro, dice que son amigos.
El otro, el más groso, es muy prudente al responder.
Pero siempre le pasa un «sobrecito» para que «cuide» sus comentarios para con él.
Este año fueron rivales. Y ya todos saben el resultado.Pero días antes de que el number one terminara su ciclo fue visitado en sus oficinas por el conductor americano (de Palermo).
Le pidió un favor (nada que que no se pudiera pedir mediante un llamado telefónico) pero detrás del pedido se escondía otro: la autopostulación para jurado 2008 de uno de los futuros segmentos del exitoso ciclo del hincha del santo.Lo contó en todos lados pero hace horas cambió su versión.Ahora (después de su autopostulación) dice que «no está preparado para el puesto…
Es que del otro lado, el líder del rating le asestó una «sorpresita»… E instruyó a sus laderos para que convencieran a la archirrival del muchacho para que aceptara estar en el mismo estrado del que quería participar el ex hermanito.La conductora habría aceptado el desafío. Pero enterado su colega de la futura compañera, este ,se habría hechado atrás.
«Si está ella, yo no voy…»
dijo el ahora vacacionante hombre del chimento. Mientras tanto todo quedó en un stand by veraniego…
Garantizan al menos tres enigmáticos diarios. El blog está en http://soloenigmaticos.blogspot.com/.
El año pasado difundí el que consideraba que iba a ser el tema del verano: «Yo los considero mis hermanos», de Zambayonny. No me equivoqué. Fue un suceso en boliches, radios y velorios. Ahora que se está acabando la temporada, me vuelvo a jugar: este no solo va a ser el tema del verano, también va a ser el baile del verano. Presten mucha atención, sobre el final, al primer bailarín de la izquierda:
¿Quieren aparecer en el sitio de Presidencia de la Nación? ¿Buscan modificar alguna noticia de Clarín? ¿Les interesa engrosar el balance de sus cuentas bancarias? Todo sitio es truchable. Basta
1) Entrar al sitio a alterar
2) Pegar el siguiente código en la barra del navegador:
javascript:document.body.contentEditable='true'; document.designMode='on'; void 0
3) Enter
4) Cambiar lo que querramos en la página.
5) (Opcional) Hacer una captura de pantalla, a modo de evidencia.
Si quieren, pruébenlo con este blog. No me ofendo.
Y para terminar, como siempre, un jueguito: «Dispárele al candidato», protagonizado por los candidatos presidenciales norteamericanos. ¿Para cuando la versión local?
Las tres i del escritor
«Las responsabilidades de un autor: primero, ser inteligible; segundo, ser interesante; y tercero, ser inteligente.» (Arthur Conan Doyle)
Por qué amo a las series
A nueve años del comienzo de «Los Soprano» y a casi una década del último capítulo de «Seinfeld», los grandes medios en español parecen descubrir el fenómeno de las series. Una nota en «El País» hace tres meses y otra en «La Nación» esta semana pintan como novedoso un sistema que funciona hace años. Esta bienvenida al mundo de la cultura no es menor: la televisión como medio todavía sigue afuera de las páginas culturales, salvo para ser vituperada.
¿Por qué ahora? Antes seguir una serie no era fácil. Mucho menos seguir varias. Las revista de cable no ayudan con los horarios; hay que tener alrededor de 22 horas disponibles para ver cada temporada y mucho más si se suman todas las temporadas; estar siempre a la misma hora para verla en vivo (y acordarse) o poder organizarse para grabarla…
Pero desde hace no tanto las series se bajan de Internet, se alquilan en un videoclub o se consiguen en el Parque Rivadavia. Y apareció otro televidente, cinéfilo o al menos espectador de cine, que se anima a confesar que ve una serie sin pruritos. No solo ya no es vergonzante, es casi una necesidad cultural. Si hasta aparecen libros como «La psicología de Los Simpson» o «Los Soprano y la filosofía».
Soy teleadicto desde niño, pero este año dejé de ver el último programa de televisión abierta que veía. Ahora solo veo series. Hay demasiadas buenas y los canales de aire ya no ofrecen nada que me atraiga. Pienso mucho si escribir o no este párrafo: odiaría que suene snob o despectivo. De adolescente podía pasar una hora viendo «Mundo Panaderil» por Canal 2 y en 2007 seguí a «Bendita tv», el primer Gran Hermano y cachos de «Showmatch», así que no me voy a hacer el exquisito. Pero los DVDs y VHSs se acumulan y entre las confesiones de Andrea Pietra en «La biblia y el calefón» y las de Nancy Botwin en «Weeds», no dudo.
Además de ser el reino de los guionistas y de las excelentes actuaciones, hay un elemento que me hace adorar a las series por sobre las películas, que es el mismo que hizo que abandonara los cuentos para ser devoto de las novelas: su estructura. En un cuento o en una película nunca llegamos a conocer en serio a los personajes. En las novelas y en las series sí. Las series se hicieron verdaderamente interesantes cuando abandonaron la idea de que cada capítulo es una unidad independiente en la que todo vuelve a cero al final del episodio, como si fuera un grupo de cuentos con los mismos personajes. Para la generación de series adultas, cada episodio es como el capítulo de una novela (en eso, las telenovelas latinoamericanas fueron pioneras). Por eso «Los Simpson» es una serie del viejo estilo, mientras que la legendaria «Twin Peaks» puede meterse entre las nuevas.
Las dos horas de una película no alcanzan. Hacen falta 54 horas para entender a Tony Soprano, solo, separado de su mujer, mirando un cuadro del Rat Pack. 73 horas para comprender por qué Gregory House pone un cuchillo en un enchufe. 68 horas para reírse cuando Elaine conoce a las versiones opuestas de Jerry, George y Kramer. 60 horas para que la muerte de Nate Fischer se parezca a la de un ser querido.
Solo faltaba el profesor Shorofsky
«Pienso que Marcelo Tinelli con el programa capacitó a una generación de chicas nuevas. Les dio una especie de clase compulsiva de danza y de oído para escuchar música, lo que no deja de ser interesante. Cada una de ellas por separado no lo hubiera hecho.» (Antonio Gasalla)
Crítica de Crítica
Mientras Lanata prepara el lanzamiento de Crítica para el 2 de marzo, apareció Crítica en los quioscos. Un diario que, superando a Fontevecchia y su bisemanal Perfil, por ahora saldrá una vez por mes.
Los datos indican que este diario es el verdadero dueño de la marca y no el de Lanata, que ya modificó el nombre del suyo por un confuso «Crítica de la Argentina» (¿van a criticar a la Argentina?). ¿Qué necesidad tenía Lanata de emperrarse en mantener el nombre, si es un medio nuevo?
Por lo que se ve en el verdadero Crítica y se intuye en el lanatesco, ambos tienen un punto en común: el tábano. Y acá acaban todas las semejanzas.
La nota principal es un balance del primer mes de Cristina Kirchner en el poder. «Un gobierno K, pero con vuelo propio», «Cristina se mostró cómoda en su rol de presidenta y se posicionó más allá de la imagen de su marido» son las frases que se destacan en la tapa. La página 2 sigue en la misma línea: «La Presidenta mostró que no es una ‘portadora de apellido'», «El estilo de la presidenta se parece mucho al de su esposo: nada de pausas, sólo velocidad. Trabajo hasta tarde y aún en días de poca actividad», «Mientras desde la Justica de los Estados Unidos deslizaban que el dinero que traía el prófugo [Antonini Wilson] era para la campaña presidencial de Cristina Fernández, el Gobierno no dudó en armar una estrategia y salir a acusar a ese poder del gran país del norte de establecer una ‘operación basura'». Y así sigue toda la nota.
En «Moyano y un enfrentamiento que no fue» nos preocupamos al comenzar a leer que «el lider de la CGT había amenazado ‘cruzar de vereda'». Por suerte, «la intervención de Kirchner lo evitó».
Pero acá no se acaban los talentos del ex presidente: «cuando olfatenado quizá que Uribe no colaboraba y se venía el fracaso con la misión de la que participaban enviados de otros países, Kirchner, fiel a su estilo, amenazó con irse» (¿su estilo es amenazar con irse?).
Otros títulos de las páginas 2-3: «Bergoglio asumió el rol de pacificador-opositor», «La oposición desarticulada», «Lousteau y Moreno, dos a quererse», «El modelo económico sigue casi sin cambios».
Pero a no tildar tan rápido de kirchnerista (en versiones nestorista y cristinista) a Crítica. En la página 4, después de elogiar a Scioli y a Albistur (publicidad oficial en puerta) hay un reportaje, una de las pocas notas firmadas, a Alberto Rodríguez Saá titulado «Me presentaré otra vez y vamos a ganar en 2011». Para terminar de quedar bien con todos, hay una nota sobre Macri: «en el mes de gobierno que se cumple hoy (¿hoy?¿no es mensual?) Macri tiene para poner en el saldo a favor».
Las otras secciones tienen notas que podrían leerse en cualquier edición del gratuito La Razón.
En la contratapa, al terminar de leer las últimas tres notas, un elogio a un canillita, un apoyo a la nueva etapa de Crítica y un suelto, «el hábito de la lectura sigue siendo poderoso» una pregunta permanece sin responder: ¿a quién critica Crítica?
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A veces visitamos un diario digital o un blog y, al entrar más tarde de nuevo, vemos que el título parece haber cambiado. No estamos seguros, pero creemos recordar que era diferente. Hay un truco para descubrir si cambió o no.
Con la optimización para los buscadores, la mayoría de las páginas ahora tienen direcciones (URLs) que repiten el título de la nota para mejorar su posicionamiento. Así, por ejemplo, el título de este post es «La edad de Bobby Fischer» y, su URL es https://www.malaspalabras.com/la-edad-de-bobby-fischer/.
Pero miren esta noticia de hoy del diario Público sobre la muerte de Bobby Fischer:
El título es «Fallece a los 64 años la leyenda del ajedrez Bobby Fischer», pero la dirección de la página es http://www.publico.es/038516/fallece/alos/65/anos/leyenda/ajedrez/bobby/fischer, lo que sugiere que hubo un título anterior que le daba 65 años al ajedrecista y que después fue corregido.
Otro ejemplo:
El copete dice «El genial ajedrecista estadounidense, quien se consagró campeón del mundo en 1972, falleció este viernes a los 64 años en Islandia, donde residía tras sufrir el exilio de su país», pero la dirección de la página es http://www.sportsya.com/noticia.php/El_ajedrecista_Bobby_Fischer
_fallecio_a_los_65_anos_en_Islandia_donde_vivia.html. De nuevo 65 años en lugar de 64.
Ahora cualquiera puede escribir en el medio argentino más leído: Clarín lanzó su servicio de blogs. Solo hay que ir acá, registrarse y empezar a publicar. Aseguran que no habrá censura, así que ya registré http://blogs.clarin.com/periodismo. Si el tiempo ayuda -nunca ayuda- iría haciendo ahí un seguimiento de noticias que se publican en los medios del mundo y que luego salen en «el gran diario argentino». Hay algunas que aparecen hasta dos meses más tarde.
Pero no quisiera ser el único aventurero. Por eso, convoco a otros potenciales bloguers que me gustaría leer por allí a aprovechar la oportunidad de hacer de Clarín por primera vez un medio sin censura y bien escrito. Al momento de escribir esto todas las direcciones que cito están disponibles para ser registradas.
http://blogs.clarin.com/ernestina: El blog de «La Noble Ernestina», la biografía no autorizada de Ernestina Herrera de Noble, cabeza del Grupo Clarín, publicado a razón de un capítulo por post.
http://blogs.clarin.com/correctores: ¿Por qué no se juntan todos los correctores de Clarín despedidos y van publicando allí cada día los pifies del diario? Una especie de Sereneider exclusivo y exhaustivo que sirva para demostrar la importancia de los correctores en un diario.
http://blogs.clarin.com/oberdan: Uno de los grandes prohibidos en las páginas de Clarín es Jorge Asís, desde que publicó su libro «Diario de la Argentina», revelando algunas miserias de la redacción. ¿Por qué no hace que su alter ego Oberdán Rocamora vuelva por la fuerza al diario que lo vio nacer?
http://blogs.clarin.com/ambito: A falta de Julio Ramos, bueno es el periodista Roberto García para publicar en forma de posts los negocios monopólicos del Grupo.
http://blogs.clarin.com/payasomediatico: Aquí, Alejandro Fabbri podría contar cómo era ser menottista obligado en los tiempos en los que trabajaba en Clarín bajo las órdenes de Horacio Pagani.
Cinturón ecológico cultural
– Nombrame un disco, un libro y una película que llevarías a una isla desierta.
– Hay muchos discos, libros y películas que yo llevaría a una isla desierta para dejarlos ahí para siempre, porque son una vergüenza para la sociedad… Podríamos agarrar una isla desierta y usarla como un gran basural. (Leo Masliah)