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Nadialandia I: diarios y noticieros, descolocados pero adaptándose

El jueves, en RSM mostraron cómo deberían adaptarse los diarios para atraer a los jóvenes. Fue muy malo y aburrido, pero lo que interesa es que tomaban títulos de política y los relacionaban con Gran Hermano.

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Un día después, en Bendita TV, se burlaron del noticiero de Telefé donde el tema excluyente es Gran Hermano.

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El viernes, el ranking de notas más leídas de espectáculos de La Nacion.com lo encabezó Pareja nominada, con las nominaciones de Mariela y Leandro (aunque no le guste a su editor). Pero el ranking general también lo encabezó esta nota (al menos en algún momento del día). La Nación, no Clarín o Infobae, ¡La Nación!

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No se olviden del panqueque

Acabo de almorzar en la sucursal Palermo Queens de «Carlitos», el de Villa Gesell.  Es conocida la costumbre de esta cadena de bautizar a sus comidas con el nombre de ídolos populares.

Pero me estremecí al ver que el plato 206, un panqueque bañado en chocolate con dulce de leche y almendras, se llama «José Luis Cabezas». ¿Por qué un panqueque y por qué ese panqueque? ¿Alguien le pide a la moza «¿me traés un José Luis Cabezas?»?

¿Hay que aplaudirlos o abuchearlos por el homenaje?

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Millardo, una mala palabra

No es poco común ver noticias mal traducidas del inglés donde reemplazan la palabra billion por la española billón. Pero billion en inglés equivale al número 1.000.000.000 (mil millones) y no al número 1.000.000.000.000 (un billón en español y trillion en inglés de EE.UU.).

Para complicar más la cosa, el inglés británico llama millard al norteamericano billion y billion, al estadounidense trillion, con lo que hay que chequear el origen de la fuente antes de traducir.

Salvo el inglés americano y el portugués, el resto de los idiomas designa al uno seguido de nueve ceros de forma parecida: milliard el francés, miliardo el italiano, milliarde el alemán, miliard el polaco, milliárd el húngaro. En portugués se dice bilhão, parecido al billion yanqui. La explicación es que algunos países como Portugal, Estados Unidos, Rusia y Ucrania, entre otros, no suscribieron el acuerdo de unificación de nomenclaturas, realizado en París en 1948.

¿Existe una palabra en español, como en el resto de los idiomas, para designar cantidades mil millonarias? Sí, desde hace poco: Millardo. Esta palabra apareció por primera vez en la edición del Diccionario de la Real Academia Española de 2001.

Casi nadie la usa. Y los medios, que podrían usarla para tener un equivalente para evitar repeticiones, y que tienen el poder de difundirla masivamente, la consideran una «mala palabra».

El Libro de Estilo del diario «El Mundo» dice:

millardo: No se empleará esta palabra, que significa 1.000 millones, aunque la ha admitido la Academia. Se seguirá hablando de miles de millones, hasta que se demuestre que el neologismo de inspiración francoitaliana cuaja de forma generalizada.

Y El Libro de Estilo del diario «El País» dice:

millardo: Mil millones. La Academia aprobó esta palabra en diciembre de 1995, a propuesta del presidente de Venezuela, Rafael Caldera, quien después la utilizó en sus discursos y originó así infinidad de chistes populares y dibujos humorísticos en la prensa de su país. Se trata de un término sin tradición en español, que sí existe en francés (milliard), en italiano (miliardo) y en inglés (billion). En El País se prefiere el uso de «mil millones» por «millardo»; y de «miles de millones» por «millardos».

Millardo no suena lindo y casi nadie la usa. Pero es práctica. Tal vez al principio habría que usarla en segunda instancia o entre paréntesis después de la cifra. Pero ¿por qué este ninguneo hacia la palabra? ¿Cómo esperan los diarios que se popularice si ellos no contribuyen a hacerlo?

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Periodismo.com: antes del rediseño

Febrero encontrará a Periodismo.com con una nueva cara. Y, lo que es más importante, con un nuevo cuerpo.

Guillermo Culell, ex gerente de Contenidos de Clarin.com, especialista en rediseños radicales declaraba: “la gente en Internet es muy conservadora y al principio no ve con buenos ojos los cambios”. Nunca entendí por qué, si para él el usuario de Internet es conservador, sus reformas eran tan tajantes.

En este caso, a simple vista no serán demasiado los cambios. Apenas un ajuste del logo, algún reemplazo de fuentes tipográficas y una reescritura de la hoja de estilo. Esto defraudará a los estetas, que equivalen rediseño con transformación visual.

Las innovaciones que mostraremos en los próximos días ponen el acento en la otra pata que debe contemplar un rediseño (y que normalmente es la que menos se atiende en estos procesos): la usabilidad.

Historia

El sitio comienza el 11 de setiembre de 1997 bajo el nombre y la URL Periodismo.com.ar. En Archive.org puede seguirse su evolución desde diciembre del ’97 hasta enero de 2006 aquí y hasta abril de 2006 aquí. Se notará que no fueron demasiados las mutaciones en toda su existencia. Y que desde mitad de 2001 hasta ahora fueron mínimas. En total el sitio tuvo dos logos: el original y el actual, bien diferentes entre sí.

Periodismo.com está integrado desde la home page, pero la arquitectura de las diferentes secciones es independiente. Por ejemplo, desde los comienzos usamos para la carga de noticias al paleozoico NewsPro, un CMS antes de que existiera la palabra y que nunca nos defraudó, a punto tal que para Noticias Locas seguimos usando su fork, Coranto.

Para los Foros de discusión fuimos variando el programa, pero desde hace varios años corre, apenas modificado, el phpBB. El Buscador de Recursos Periodísticos Ariadna usó siempre Links 2.0, otro programa de museo. Efemérides, Cambio de Monedas, Don Segundo Sombra, el TV Game son scripts propios o fuertemente modificados de su versión original. Hay secciones programadas en Perl y otras, generalmente las más nuevas, en PHP. También hay muchas páginas estáticas, como Crónica de la Guerra, Libros por tema o los listados de medios online.

Integrar la información

Una de los principales defectos que siempre tuvo el sitio fue la ausencia de un buen buscador. Entre otras cosas por la convivencia de este collage de programas. Para buscar en los foros había un buscador, al igual que las Efemérides y un tercero para Ariadna. También pueden accederse a los titulares anteriores, día por día. Aunque, por ejemplo, los medios online quedaban sin un motor de búsqueda que los agrupara. Estos buscadores por sección funcionaban en forma aceptable. Pero si el usuario no tiene un buscador centralizado con la información indexada al momento de la carga, el sitio está escamoteando mucha información de utilidad.

En el sitio rediseñado, un buscador presente en todas las páginas en el ángulo superior derecho muestra los resultados de todas las secciones ante una palabra clave de al menos cuatro letras.

Otra duplicación de información que fue integrada es la de los medios online (diarios, revistas, radios y TV) y Ariadna. Si uno quería encontrar un diario no sabía si tenía que ir a Ariadna, a la sección de Diarios Online o el link estaba en ambos. Así, las secciones de medios online desaparecen y todos los links, incluyendo los de los Libros por Tema quedan fusionados en el nuevo Buscador de Recursos Periodísticos. Esto incluye una recategorización y una lenta revisión manual de todos los enlaces, que implica una mayor calidad de cada link pero también, por ahora, una menor cantidad: de los alrededor de 6.000 links actuales, esperamos llegar a 1.000 para el lanzamiento y superar el número actual en algunos meses.

Los links a medios online de la página principal también fueron revisados. Las revistas online de la Home, por ejemplo, se achicaron bastante: ahora solo aparecen aquellas semanales cuya edición online sea abierta y tenga más de una nota completa. Lo mismo la tv online: enlazamos en la Home a aquellos canales que tengan transmisión gratuita en vivo. Por eso no va a figurar allí Canal 13 (no transmite), ni Telefé (es paga). Y se amplían los medios exclusivamente digitales y entran en escena los blogs, que hasta ahora no tenían un espacio propio.

Pero así como sintetizamos la información, también consideramos que muchas veces la redundancia favorece la usabilidad. La citada ventana de búsqueda en todas las páginas, por ejemplo. O un nuevo menú superior de navegación, presente siempre, pero que en la Home compite con uno lateral.

Por las características del Sistema de Manejo de Contenido que usaremos, la mayoría de las direcciones del sitio cambia. Pero tratamos de conservar las viejas versiones o de redireccionar a las nuevas. Además, el «error 404» (página no encontrada) contiene un mapa del sitio actualizado y, nuevamente, un acceso al buscador.

Noticias y Notas al Margen

Estas dos secciones seguirán protagonizando la Home Page. Las noticias mantendrán su formato: los diez hechos principales de cada día y tres links complementarios a otros medios para cada una. Entre las mejoras se facilita y promueve la navegación interna; se agrega una descripción en la home (usando un tooltip) y en el feed de RSS; y se suman versiones de impresión amigable, PDF y envío por email. Además del buscador, las noticias se pueden consultar a través de un archivo histórico que, una vez que esté importado completamente, se remonta a 1998.

Las Notas al Margen seguirán funcionando como hasta ahora, solo que se archivan, además de por fecha, por categoría, por título y por popularidad. También estamos tratando de importar el archivo completo de esta sección, que arranca en 2003 aunque, por tratarse de enlaces a otros sitios, una alto porcentaje conduce a páginas inexistentes.

Último momento

Aunque considero que las noticias de último momento están sobrevaloradas por los medios digitales, era ineludible contemplar una sección de actualidad caliente para Periodismo.com.

Lo que quedó es un listado que cambia cada media hora (a las «y cinco» y a las «y treinta y cinco» de cada hora) con las noticias de último momento de los principales diarios online en español ordenado cronológicamente.

Estos titulares se muestran en una nueva columna en la Home (entre las noticias y las Notas al Margen) y en una sección propia.

Lo que sigue igual

Las Efemérides y la sección de Cambio de Monedas siguen igual para los usuarios. Los Foros de discusión también, aunque no rescataremos en este caso el archivo histórico y todos los usuarios deberán volver a registrarse. La política de moderación de los mensajes será un poco más estricta, aunque continuaremos con la idea de no borrar ningún mensaje a menos que se insulte a otro participante, se «spamee» el foro o una respuesta desvíe demasiado el tema en discusión. El único cambio será que suspenderemos a usuarios/IPs recurrentes en estas conductas.

El CMS

El Sistema de Manejo de Contenido (Content Management System o CMS) detrás del nuevo Periodismo.com es un Xoops con bastantes modificaciones, sobre todo en sus módulos.

Conocemos a Xoops desde hace mucho. Hicimos sistemas para varios clientes usando este CMS, entre ellos el del Centro Cultural de la Cooperación y el del próximo rediseño de Medioslatinos.

Es bastante rápido, muy maleable y, sobre todo, cuenta con una muy buena comunidad de usuarios, también en español.

10 años

Este es un resumen de lo que podrán ver y usar pronto. Por trabajos para terceros, situaciones personales y otros temas que no importan aquí, la idea de este cambio lleva casi un año.

2007 es el año en el que el sitio y el premio Don Segundo Sombra cumplen una década, así que llegamos con el relanzamiento en un buen momento. Y ya estamos pensando las nuevas secciones.

¡Ojalá que disfrutemos al nuevo Periodismo.com!

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Estúpidos

En «Este es un título original» proponíamos un «Top 3» de los títulos para notas más usados por los medios argentinos. El listado fue enriquecido por los comentarios. Pero a todos se nos escapó un comodín, elegido sobre todo por periodistas políticos y económicos.

En «Edición i» de esta semana, volvió a aparecer: «Es [algo], estúpido». A veces se ve también entre signos de admiración.

No siempre en las notas se explica el origen del título, dando por sobreentendido que el lector sabe a qué remite. Quienes sí lo hacen, recuerdan a James Carville:

Corría el año de 1992, cuando Bill Clinton se disponía a bajarle la presidencia de Estados Unidos al papi del hoy presidente del país, cuando James Carville, uno de sus estrategas de campaña, colgó un cartelito en sus oficinas en Arkansas. El cartelito tenía solamente tres frases, en las cuales se resumía completamente la campaña: «Cambio contra ‘más de lo mismo'»; «No se te olvide el sistema de salud»; y «Es la economía, estúpido».

¿Cuándo se usa?

La contundencia de la frase que resume en una expresión el éxito de una estrategia asociada a una variable mayor y el descarte del resto, rápidamente pasó a caracterizar cualquier otra explicación omnicomprensiva.

Según Wikipedia el origen de la frase es anterior. Carville la deformó del principio KISS («Keep It Simple, Stupid» o «Mantenelo Simple, Estúpido»), que a su vez deriva de la frase de Einstein: «todo debería hacerse tan simple como fuera posible, pero no más».

Esta búsqueda en Google muestra los cerca de 30.000 resultados en español con variantes de la frase (a los que habría que sumar otros idiomas, como los 1.130.000 resultados del inglés).

En el muestrario de Google vemos, por supuesto, «Es la economía, estúpido», pero también «Es la Religión, estúpido», «Es la inflación, estúpido», «¡Es la democracia, estúpido!», «Es la comunicación, estúpido», «¡Es la conversación, estúpido!», «Es la juventud, estúpido», «Es la vivienda, estúpido» y otras variantes. Piensen una palabra, agréguenle «es la» antes y «, estúpido» después y seguramente alguien habrá titulado así.

Ahora, si cada título va a considerar como la única variable importante a la suya, descartando al resto, finalmente ninguna de las variables termina siendo excluyente. Si Estúpido quisiera hacerle caso a cada título que aparece, el pobre terminaría mareado…

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Ya llega…

Falta poco para que esté online el rediseño de Periodismo.com.

Desde aquí voy a ir contando el proceso, antes, durante y después del lanzamiento.

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Los conservadores

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¿Quiénes dijeron estas frases?

I

Con el orden no se puede ser caníbal; uno puede combatirlo, puede estar en su contra, pero lo que no puede hacer es comérselo.

Aquí hay un umbral de seguridad propio del Tercer Mundo, eso hay que aceptarlo. Nadie nos protege.

Aquí estoy, tratando de hacer un libro, encarando la vida con vigor, con satisfacción, ayudado por el paso de los años, que hace cosas saludables, también, como que te vuelca más alcohol del que podés tomar… Ya casi no estoy bebiendo, tengo que parar de beber del todo.

II

Yo creo que las drogas no te dan nada que ya no tengas. Si tenés dudas, te dan dudas. No hay que buscar ahí lo que no tenés. Ni el talento, ni la inspiración, ni el coraje, ni la voluntad te llegan con la droga.

III

Nada de sexo, droga y rock & roll.

IV

Prefiero escuchar música onda Pimpinela, Roberto Carlos o Nino Bravo.

Lo único que a mí me importa, de verdad, es mi familia, mi nueva casa y las clases de fútbol de mi hijo.

V

Menos mal que empecé a reconsiderar miles de cosas que pensaba y me dediqué solamente a tocar música.

VI

Grabar un disco no es lo importante: lo importante es que la gente lo compre.

Las frases de I pertenecen a Carlos «el Indio» Solari.

La frase de II pertenece a Charly García.

La frase de III pertenece a Flavio Cianciarullo.

Las frases de IV pertenecen a Vicentico.

La frase de V pertenece a Luis Alberto Spinetta.

La frase de VI pertenece a Ale Sergi.

Todas aparecieron en «Las mejores entrevistas de Rolling Stone – Íconos del Rock Nacional 1967-2007»

[audio:http://www.simplenet.com.ar/mp/mpaniversario/27.mp3]

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Sitios web de papel

Esta foto acompaña el balance 2006 de Larry Dobrow, uno de los mayores especialistas en revistas de EE.UU. Dobrow se hace eco de una serie de artículos aparecidos en los diarios norteamericanos sobre la muerte de las revistas. Si a eso se le suma que, a pesar de su tirada de 1,3 millones de ejemplares mensuales, la revista FHM dejará de publicarse, el panorama suena desalentador.

Sin embargo, a este proceso se le opone una nueva moda que contradice esta tendencia: las revistas nacidas a partir de Internet.

Así, los editores del diario alemán Bild publicarán The AvaStar, una revista que hablará sobre todo lo que suceda en Second Life, en PDF pero con aspecto similar a publicaciones sensacionalistas tipo The Sun.

Y MySpace, de Rupert Murdoch, planea Marmalade, una revista de papel con contenido generado por los usuarios de esta megacomunidad mundial de 70 millones de usuarios.

La idea de aprovechar el público cautivo de blogs y sitios web para emprendimientos editoriales no es nueva. Está en ebullición con los librogs. Y ya en los días de la burbuja se publicaron revistas de eBay y de Yahoo! (la muy buena Yahoo! Internet Life). Ambas terminaron cerrando.

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Barcelona tuvo razón

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ReviewMe: un nuevo desafío a la ética periodística

Todos los días los medios publican alguna noticia sobre la creciente influencia de los blogs. Dos ejemplos:

Ayer ABC tituló «La blogosfera, con 100.000 bitácoras nuevas al día, empieza a ejercer como quinto poder» una nota con datos de David Sifry, fundador de Technorati. Allí se lee:

Cada vez más blogs se cuelan en las listas de los medios de comunicación más vistos, páginas personales «combatiendo» en la arena de los grandes medios. «The New York Times» encabeza la clasificación del tercer trimestre del año, pero entre las cien primeras direcciones hay una docena de blogs, de páginas personales, la mayoría del sector tecnológico.
«El blogging sigue jugando un papel crítico en el debate de los asuntos importantes de nuestro tiempo», dijo Sifry en la presentación del informe. Los blogs políticos influyen cada vez más en el «estado de opinión» (la palabra más buscada tras las elecciones en Estados Unidos fue Rumsfeld). Los periodísticos, también. Y los relacionados con el consumo tecnológico, aún más. Esa presencia creciente y relevante ha llevado a distintos teóricos a sacar de la chistera el término «quinto poder».

Hoy Baquía se hace eco de un estudio realizado en Europa que revela que los blogs son más fiables que los anuncios de televisión:

De los 2.200 europeos encuestados, alrededor de un tercio dijo que había cambiado de idea sobre alguna compra después de leer comentarios negativos de otros usuarios en Internet, y el 52% afirmó que se habían convencido a comprar algo después de ver críticas positivas en un blog.

Y como donde hay una tendencia hay un nicho comercial, ReviewMe viene a explotar este poder de opinión que se han ido ganando los bloguers con un modelo de negocio que consiste en pagar para que los responsables de weblogs opinen sobre productos y servicios.

Para probar el poder de la idea, comenzaron ofreciendo entre 20 y 200 dólares a aquellos que acepten reseñar al mismo ReviewMe en sus posts. Para relevar el éxito de la campaña, solo basta seguir el link a esta búsqueda: al momento de escribir esto ya eran 1649 los posts que hablaban sobre el sitio a cambio de unos billetes verdes (o 1650 si se suma el post que están leyendo, por el que me pagarán 50 dólares).

Como si se tratara de un medio tradicional, hay 48 horas para escribir y la extensión no debe ser menor a las 200 palabras. Pero lo que lo hace verdaderamente interesante es que no hay ninguna injerencia sobre el contenido y que obligan a poner que se trata de una reseña paga. Es decir: si el producto o servicio no nos gustó podremos criticarlo que vamos a cobrar igual. Y además nuestros lectores siempre estarán al tanto de los casos en que nuestras opiniones fueron remuneradas.

Transparencia con el lector, independencia frente al «anunciante», dos cosas de las que los medios tradicionales no pueden jactarse y que este sistema garantiza. Sin embargo, sigue haciéndonos ruido. ¿Es ético el sistema? Los bloguers que se ocuparon de ReviewMe dicen que, de no haber recibido el dinero, habrían escrito igual porque les parece una buena idea para dar a conocer a sus lectores. La pregunta que me hago es qué pasaría si ahora apareciera una competencia de ReviewMe, pero que no paga para difundir el modelo, ¿lo reseñarían gratis? ¿serían igual de ecuánimes?

Por otra parte, la idea se mostró en plenitud con este primer anunciante, porque todos usamos el sitio y nos vimos obligados a seguir todos los pasos desde el registro hasta el final del proceso para poder cobrar nuestros morlacos. Pero ¿qué va a pasar con productos como discos o películas, bienes culturales de no tan fácil acceso? ¿O con empresas que paguen para reseñar un mismo producto varias veces?

El dato no dicho es que cuando se trata de sitios, hablar aunque sea mal, ya implica desatar un efecto viral de visitantes, pero también un aumento del PageRank, una de las variables que usa Google para posicionar sus resultados, basada en la calidad de los enlaces hacia un sitio. En la web, más que en ningún otro lado, there’s no such thing as bad publicity.

Tal vez una consecuencia no buscada desde el lado de los anunciantes sea que con cada reseña se puede beneficiar indirectamente a la competencia. Muchos de los artículos que hablaron sobre ReviewMe se refirieron también (aunque negativamente) a Pay per post, de similar funcionamiento pero sin las virtudes de ReviewMe.

En cuanto al contenido, vi mucha truchada: en general los blogs más que analizar o criticar el servicio, lo describen. Cómo desalentará ReviewMe el copy-paste entre blogs es otra de las incógnitas no aclaradas. Lo lindo es que por fin veo laburar a muchos blogs que sólo se dedican a linkear y que con esto tienen que escribir al menos 200 palabras.

Por último, si bien es cierto que las empresas no exigen reseñas positivas, el sistema permite revisar las últimas opiniones escritas por cada bloguer antes de decidir pedirle que comente sus productos. Veremos cuántos son los anunciantes que se atreven a darle assignments a bloguers con un historial de críticas negativas…

Ojalá que funcione. Porque más allá de las críticas que enumero, parece ser una buena idea y un buen negocio para todas las partes.