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El primer mes de Crítica

Un recurso de muchos periodistas políticos, Lanata incluido, es comparar la plataforma electoral o la campaña publicitaria de un candidato con sus resultados luego de asumido. A un mes de la aparición del diario de Jorge Lanata, ¿por qué no contraponer la pieza publicitaria del lanzamiento con los resultados de los primeros 30 días de Crítica? ¿Cumplió el candidato Lanata con lo que prometía?

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El nombre: en todas las entrevistas previas al 2 de marzo, Lanata daba a este nuevo diario un aire fundacional dentro del periodismo. Pero tozudamente se aferró a un nombre que remitía a un proyecto creado hace casi un siglo (el mítico «Crítica» de Botana), que para peor, ya estaba registrado, con lo que consiguió la situación inédita de dos medios con el mismo nombre en los kioscos. ¿Por qué este capricho inicial en lugar de ponerle un nombre nuevo, acorde con un proyecto que hace de la originalidad una bandera?

Las letritas cortadas: el poco feliz aviso de más arriba opera a modo de declaración de principios, pero no se entiende si Crítica iba a ser la suma de lo mejor de cada diario o si, por el contrario, iba a tener lo que al resto le faltaba. En cualquiera de los dos casos, presentarse a sus lectores potenciales a partir de las fortalezas o debilidades del resto, habla mucho del resto pero poco de uno. Y, de nuevo, tampoco es un punto de partida ideal para un proyecto que se pretende renovador.

Los videos de la soberbia: además de este aviso, antes del lanzamiento, desde Lanata hasta el que limpiaba los baños se presentaron con un video. De nuevo este original recurso sirvió para inflar las expectativas sobre Crítica («nunca los inodoros estuvieron tan limpitos en una redacción»). Pero estas promesas electorales se pincharon en el discurso de asunción, cuando Lanata en la fiesta de lanzamiento en la Facultad de Derecho dijo que por ahora Crítica «será malo. Prometemos un buen diario dentro de dos años, mejor en cinco tal vez». OK, en cinco años lo compro.

La letra C: el acróstico empieza con la C del logo de Clarín y, al lado, la leyenda «llega un diario que no solo informa». Esto está implicando que Clarín solo informa, lo que de entrada no es cierto: sabemos que Clarín a veces informa, muchas veces omite informar y cada tanto desinforma. Y también nos dice que Crítica va a informar y algo más. Pero como no se dice cuál sería la otra función además de informar, no podemos reprocharle no haber cumplido.

Pero sí podemos analizar si informa o no, viendo si está a la par o se adelanta a sus competidores con la agenda informativa. Claro que alguien podría objetar que informar primero no necesariamente es la vara que mide informar bien (García Márquez dijo «La mejor noticia no es siempre la que se da primero sino muchas veces la que se da mejor»). No es lo que piensa Crítica:

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Con este criterio, a un mes de su aparición, podemos decir que cumplió más que dignamente en política y defraudó en espectáculos, donde a veces las notas que salían en el resto de los diarios se leían en Crítica uno o dos días después. No sé si es una buena estrategia pelear en el mercado desde el lugar de los que llegan primero, sobre todo porque es gráfica, que frecuentemente llega después que la tele, la radio e Internet. Además, Clarín muchas veces le va a ganar en primicias por estructura y por interés de las fuentes.

La letra R: el palo a La Razón es «llega un diario que no se regala». Juegos de palabras aparte, es cierto que La Razón se distribuye sin costo, pero Crítica también. Todos los días ofrece sin cargo la edición completa para descargar en formato PDF, es decir tal y como se vende en los kioscos. Es decir: se vende y se regala.

La decisión de ofrecer estos PDFs fue muy elogiada en varios blogs. No estoy muy seguro de que sea un acierto: el formato de PDF para el archivo no indexa al diario en los buscadores, esconde las páginas en HTML de los números viejos (no pude encontrar varios artículos antiguos usando el buscador del sitio ni los buscadores convencionales), los blogs no pueden linkear a contenido anterior, hay que tener el plugin instalado para poder leerlo, y para leer sólo una nota hay que bajarse el PDF completo que pesa alrededor de 4 MB.

La letra I: en la letra correspondiente a Crónica se lee en el aviso «un diario que no fabula». Tomándome la libertad de equiparar fabular a narrar (la RAE dice en su segunda acepción que fabular es «inventar, imaginar tramas o argumentos»), sirva este punto para analizar otra de las grandes promesas de Crítica: el periodismo narrativo. El renunciado Caparrós había anunciado que intentarían hacer de la crónica una constante del diario. Salvo su presencia en la revista dominical y en algunas notas específicas (pero en las mismas proporciones que Clarín, Perfil o Página/12), el llamado «nuevo periodismo» sigue siendo una promesa de campaña.

La letra T: Usan la T del Cronista para decir que es un diario que «no segmenta». ¿Por qué está mal segmentar? Salvo Clarín, todos los otros diarios se dirigen a un público acotado. No estaría mal que con el tiempo Crítica fuera ajustando un poco mejor al lector al que se quiere dirigir. Todos es igual a ninguno.

La segunda I: es del logo de Perfil y comunica que con Crítica «llega un diario que no se hace esperar al fin de semana». Esta idea se refuerza con la campaña que vienen haciendo casi desde el primer día:

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¿Rarísimo? Tan raro no es: Perfil es el único diario que no sale todos los días, en todo caso lo raro es lo de Perfil. Pero esto sirve para preguntarse otra cosa: ¿tan equivocado está Perfil? ¿no sería una buena idea para un diario de este tipo salir sólo los fines de semana? La primera época de Perfil (con muchos paralelismos con el actual Crítica) era diaria y terminó cerrando. Ahora sale solo los fines de semana y se mantiene. No conozco las cifras de venta, pero descuento que Crítica vende mucho más durante sábado y domingo que el resto de los días. Imaginen las mejores notas de Crítica de toda la semana concentradas en dos días: ¿no sería un producto mucho más sólido?

La segunda C: dice «llega un diario que no le habla solo a la gente como uno». Esto es verdad, Crítica está en las antípodas del lector conservador de La Nación. Por ejemplo, en sus páginas se leen notas sobre sexo y drogas sin eufemismos, prejuicios ni tabúes. También es cierto que este tratamiento tal vez espante a la mayoría de los anunciantes y que un lector joven es más permeable a este tipo de contenido: justo el lector que no lee diarios y que, de hacerlo, los consulta gratis en Internet.

La A: al final le toca a Página/12 con «llega un diario que no cambia de opinión». Aunque la «opinión del diario» es difícil de fijar por carecer ambos de editoriales, es evaluar la coherencia de un mes contra los 20 años del otro diario fundado por Lanata. En todo caso, Página/12 ha sido bastante coherente en estos últimos cinco años…